La Construcción necesita profesionales cualificados en Cáceres, incluso los busca con urgencia en algunas especialidades. La crisis ha provocado un vacío generacional puesto que durante una década los jóvenes han dejado de ver este sector como una opción de futuro o como una salida atractiva. Pero además, los trabajadores que han logrado mantenerse no se han reciclado debidamente por la dificultad de los tiempos. Hay nuevos productos, nuevas maquinarias, nuevas soluciones constructivas, nuevos retos que necesitan personal formado. En estos momentos existe un exceso de trabajadores de baja cualificación y faltan oficiales de primera que resuelvan los trabajos.

Ocurre en Cáceres, pero también en el resto de la comunidad extremeña. Así lo explica Pedro Pérez Francés, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción de Extremadura, una entidad integrada por las patronales de Cáceres y Badajoz (Fecons y Apdecoba) y los sindicatos UGT y CCOO para impulsar el sector. «Aunque la Construcción todavía no acaba de entrar en números positivos en Extremadura, sí hay ya déficit de especialistas», afirma. Estos profesionales encontrarían ahora mismo trabajo en Cáceres, en el resto de la región y por supuesto en otras comunidades españolas, incluso con buenos salarios.

LOS MÁS DEMANDADOS / Por ejemplo, faltan especialistas en instalación de prefabricados de cartón yeso (Pladur), es decir, oficiales de 1ª capaces de solucionar con corrección estos acabados tan resolutivos en la construcción de hoy. También se necesitan escayolistas y yesistas, oficios muy relacionados. Además, las empresas están demandando con carácter urgente soladores y alicatadores, profesionales indispensables para llevar a buen término cualquier inmueble. «Tenemos una bolsa de trabajo en la que vamos viendo las ofertas de las empresas, y solicitan este tipo de perfiles», indica el gerente de la Fundación Laboral de la Construcción.

También hacen falta operadores de grúa móvil para la colocación de grandes prefabricados. No es solo una carencia en Cáceres, sino en todo el país, ya que esta especialidad ocupa el puesto 10ª en la demanda nacional del sector. «El problema radica en que para lograr el carnet de operador de grúa móvil hay que asistir a un curso de 300 horas que exige maquinaria muy específica y costosa, de modo que la formación puede suponer unos 2.500 € por alumno», precisa el gerente. Eso sí, al día siguiente de examinarse estarán trabajando con un sueldo inicial de 1.700 €.

Y por supuesto faltan albañiles que dominen el ciclo completo de la construcción, los oficiales de 1ª que siempre han sido la base del buen hacer en el sector porque controlan todo, desde el encofrado a los acabados. «Ahora mismo los salarios de estos albañiles que reciben los planos y hacen la casa entera se pagan ya por encima de convenio, hay escasez de ellos. Sus currículos son todo experiencia. De hecho, tienden a desaparecer porque ya hay distintos especialistas para las distintas tareas», subraya Pedro Pérez Francés. Estos oficiales tan completos acaban ejerciendo la responsabilidad de encargados.

Por tanto, cada vez son más los perfiles que demanda la Construcción en Cáceres. Tampoco se pueden buscar en otras comunidades, donde la falta de personal se hace aún más grave y sigue habiendo una notable diferencia de salarios. «Ya existe un acuerdo nacional para facilitar la convergencia de los sueldos y evitar que se repita la situación de años atrás, cuando un albañil de Álava podía cobrar el doble que uno en Cáceres por el mismo trabajo», explica el gerente.

Es cierto que la Construcción aún vive horas bajas en la comunidad extremeña. El número de empresas registradas en Cáceres relacionadas con este sector ha vuelto a disminuir en 2018 un 25,6% respecto al año anterior, de 1.791 a 1.333. Durante la última década de crisis, la Construcción ha pasado en Extremadura de 45.000 trabajadores en el Régimen General de la Seguridad Social a poco más de 13.000. Y actualmente, mientras el sector crece en España a un 5% (especialistas como los encofradores cacereños vuelven a salir fuera), en Extremadura mantiene cifras negativas. Pero los indicadores revelan que ya está próximo el crecimiento positivo. Por ejemplo, en 2018 el número de trabajadores del gremio en Cáceres ha registrado un repunte del 0,8%, hasta alcanzar los 5.625.

De hecho, ya se demandan con urgencia las especialidades mencionadas. Pero no es tan fácil recuperar el largo camino perdido durante la crisis... «Al dejar de ser una actividad atractiva, también ha descendido muy significativamente la formación relacionada con el sector, con una notable caída de las especialidades regladas de la familia de Edificación y Obra Civil a nivel nacional y regional», explica el gerente. Solo se mantienen tres ciclos de grado medio de FP en Cáceres y ninguno más en la comunidad. También ha bajado sobremanera la recualificación de los trabajadores, es decir, la formación continua para mejorar sus competencias. En 2007, Extremadura estaba por encima de la media nacional en este sentido, y ahora se encuentra por debajo. Del mismo modo, se ha reducido considerablemente la formación ocupacional dirigida a los parados para su reinserción.

LAS RAZONES / Y todo ello ocurre porque, entre otros factores, «resulta poco rentable homologar centros para estas especialidades de formación debido a su elevado coste y a la inseguridad de si se van a cubrir las convocatorias, dado que aún el sector no despierta el suficiente interés. La formación en las especialidades de Construcción es cara, mucho más que las de oficina», matiza Pedro Pérez Francés.

Por su parte, los trabajadores extremeños en activo escasamente solicitan formación de reciclaje porque los centros que la ofrecen, pertenecientes a la Fundación Laboral de la Construcción, están en Mérida y Cáceres, y por tanto necesitan desplazarse después del horario laboral desde sus localidades de residencia, con el consiguiente coste. «La nueva normativa que obliga a realizar estos cursos en centros homologados ha hecho disminuir drásticamente la asistencia, y por ende el reciclaje de los trabajadores activos con los fondos que cotizan para ello sus empresas, que al final se dedican a otros sectores de menor importancia económica», advierte el gerente.

Éste es uno de los factores limitantes de la productividad de las empresas de la Construcción, «que crece muy por debajo de la productividad industrial y se adapta a los desarrollos tecnológicos con menor eficacia que otros sectores, a pesar de la necesidad urgente de incorporación», subraya.

Además, con la crisis se ha producido un crecimiento anómalo del número de autónomos: en Extremadura hay unos 8.000 en la Construcción frente a poco más de 13.000 trabajadores del Régimen General. Y ya es sabido que el autónomo tiene aún menos tiempo y recursos para seguir formándose.

En suma: el sector presenta una baja productividad y un exceso de personal de menor cualificación. Hay que cambiar las tornas. La propia Fundación Laboral de la Construcción está realizando un esfuerzo con la organización de sus cursos y demanda a la Junta más apoyo en este sentido, no solo para formar a nuevos trabajadores, sino para aumentar la competitividad de los que ya están en el mercado. Todos tienen ante sí nuevas herramientas, métodos y productos que deben manejar para tratar de recuperar un sector bien apuntalado.