Insistió en que se trata de un proyecto con un plazo de caducidad (15 años en la extracción y 24 en el tratamiento del mineral) y que después no hay más ni garantías de que el impacto sobre el terreno se vaya a reparar, además reiteró que las cifras de empleo vinculadas a esta iniciativa no coinciden con la media nacional de trabajadores en explotaciones mineras. Al «impacto medioambiental» que generaría sumó que en el modelo de ciudad que quiere su partido «no cabe una mina a cielo abierto» pegada a la misma.