Cáceres no tiene solo un hospital nuevo, sino dos, porque los cambios que se están llevando a cabo en el San Pedro de Alcántara tras la apertura del Universitario están convirtiendo al primero en un edificio completamente diferente. Desde mediados de septiembre se trabaja a marchas forzadas para reestructurar las plantas, de hecho aún muchas dependencias se encuentran llenas de cajas, lo propio cuando se realiza un traslado.

El cambio principal será la desaparición del materno infantil, que se traslada al edificio principal. Para ello el Servicio Extremeño de Salud ha invertido casi 300.000 euros en obras de reparación destinadas a adecuar las plantas a las necesidades de los nuevos servicios. Según explica la directora médica, Cristina Martín, Ginecología fue el primero en trasladarse, el pasado 13 de septiembre. Ahora ocupa la séptima planta del edificio (donde antes estaba Otorrino) y cuenta con 14 habitaciones, todas individuales (en caso de que hubiera más ingresos se realizarían desdobles en las habitaciones, preparadas para poder acoger a dos pacientes en cada una).

Para el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia, José Antonio Lajas, «se ha ganado en confort para el paciente», a pesar de que con la obra se ha reducido el número de camas. Y ha mejorado en intimidad la sala de exploración de las pacientes y en amplitud las zonas dedicadas al trabajo interno del equipo médico (despachos administrativos y salas de sesiones clínicas).

El viernes de la semana pasada se realizó el traslado de Tocología, ahora en la sexta planta, y de Paritorio, en la quinta. En ambos servicios el mayor cambio ha sido la mejora del confort para las pacientes. En Tocología, la planta en la que se encuentran ingresadas las mamás que acaban de dar a luz, las habitaciones (hay 25) son por primera vez individuales.

individuales con cambiador / Todas cuentan con baño individual, con una cuna y con una bañera cambiador. Esto último es lo más valorado por las familias, ya que en las anteriores habitaciones había que llevar a los bebés a otro espacio compartido donde se les bañaba y se les cambiaba. «Estamos encantados, hemos venido a hacer visitas a otras madres y esto no tiene nada que ver con lo que había antes», dicen Carmen y Juan Carlos, padres primerizos de Jesús, un bebé que nació el 25 de septiembre. Pesó 3,830 kilos.

Han estrenado todo el mobiliario y valoran la intimidad y la tranquilidad de estar en una habitación individual. «Los niños están mucho más tranquilos, en las habitaciones dobles escuchas al bebé de al lado y se nota», añaden.

En esta planta se han reservado además habitaciones para las pacientes con riesgo obstétrico, es decir, aquellas futuras mamás que tienen riesgo de partos prematuros y necesitan permanecer ingresadas en el hospital hasta el momento del nacimiento. Están ubicadas en un ala separadas del resto de las habitaciones donde se encuentran los recién nacidos, para garantizar su tranquilidad.

Y en Paritorio, también cambios. Ocupa ahora los quirófanos de la quinta planta y se ha distribuido de tal manera que permite contar con salas de dilatación individuales con baño propio, mientras que en el antiguo materno en una misma dependencia había hasta tres camas y un baño compartido. Están dotadas con camas especiales que permiten dar a luz en este mismo espacio (en caso de partos complicados se traslada a las pacientes a los quirófanos).

Además, se ha dotado a una de las habitaciones de dilatación con un mecanismo que permite el parto en movimiento con telas, sobre las que las pacientes se cuelgan para disminuir el dolor de las contracciones. El movimiento favorece la actividad uterina, el descenso del bebé y ayuda a experimentar las diferentes posibilidades de movilidad que tiene la pelvis para abrir el espacio y dar paso a la cabeza del bebé.

UCI de neonatos más segura

Por último, la planta de Neonatología, en la cuarta (donde antes estaba Reanimación). Cuenta con 20 puestos destinados a cuidados intermedios y a cuidados intensivos. El nuevo espacio permite permanecer a los padres las 24 horas del día con el bebé, incluso se ha habilitado una sala de lactancia. Y la UCI neonatal es ahora más segura porque permite una mayor vigilancia de los niños.

En esta planta se ubicará también Pediatría, que se trasladará a finales de octubre o en noviembre. Es la obra de mayor envergadura de todas las que se han llevado a cabo, con un presupuesto de más de 135.000 euros, pero aún no se ha adjudicado. Además de las camas de ingreso tendrá hospital de día pediátrico y un área destinada a los pacientes que necesitan cuidados intermedios y aislamiento. Las cirugías pediátricas se realizarán en los quirófanos de las sexta planta.

El cierre del Nuestra Señora de la Montaña depende ahora directamente de la obra de Pediatría. Una vez que se traslade este servicio al edificio principal del San Pedro, se podrán instalar en el espacio que este servicio deja Alergología y Endocrinología. Estas son las únicas áreas que aún quedan en el hospital provincial, después de que se hayan trasladado ya Psiquiatría y Geriatría. En el Nuestra Señora de la Montaña solo quedará el PAC, pendiente aún de una nueva ubicación.

Tras esto, avanza la directora médica, será necesario realizar una reestructuración de todas las consultas externas del San Pedro de Alcántara, para organizarlas por servicios, y cambiar toda la señalética del hospital para introducir los nuevos cambios.