La Policía Nacional controla a los bares de La Madrila dedicados al tráfico de estupefacientes. Tras el precinto del bar Atocha 13, decretado hace una semana después de una operación antidroga en la que se incautaron más de 1.000 dosis de hachís y de otras sustancias, las fuerzas de seguridad vigilan los movimientos en al menos otros dos locales del centro neurálgico de la movida ante la sospecha de que venden drogas al público.

Fuentes policiales explicaron a este diario que el dispositivo de seguimiento se lleva realizando desde hace más de un mes tras las investigaciones de los agentes y las denuncias de los vecinos. Un portavoz vecinal aseguró que la policía conoce hace más de medio año la existencia de tráfico de drogas en estos establecimientos, que situó en la zona de la plaza de Albatros.

Según la versión vecinal, en el bar Atocha 13 apenas se recibían mercancías. Además, señalaron estas mismas fuentes, "sus propietarios se cuidaban de no hacer ruido para no provocar protestas, aunque se veía entrar y salir a mucha gente".

En la operación antidroga practicada en este local fueron detenidas cuatro personas: el regente del bar, Rafael A. E., alias Naripi , de 43 años; y tres cómplices de éste: Miguel L. L., de 23 años; Juan Antonio C. H., alias Willy , de 42, y María Fátima D. B., de 37, todos vecinos de Cáceres.

COCAINA Y PASTILLAS Según la información policial, el tráfico de drogas en los establecimientos vigilados de La Madrila está relacionado con la venta de pastillas y cocaína. Los vecinos indicaron que se utilizan "artimañas" para burlar los registros policiales. Como ejemplo, señalaron que algunos locales disponen de tubos de pvc conectados con el retrete para tirar la droga.

En la operación en Atocha 13, fue necesaria la intervención de los bomberos para abrir una caja fuerte, ya que el establecimiento cuenta con una habitación interior protegida por una puerta de hierro con una ventana para vigilar y un hueco camuflado para pasar la droga hasta la barra.