En las arterias de circunvalación de la ciudad, a las afueras, entre urbanizaciones de nueva construcción, suele haber pasarelas peatonales; moles de acero y hormigón, cuya función es favorecer el paso de transeúntes. Cruzando por una de ellas, en lo alto, sobre el intenso tráfico de la urbe; descubrí que allí había algo que nos genera la necesidad de decir al mundo que estamos enamorados; donde prometemos y declaramos los sentimientos más auténticos hacia los demás; germen de la sociedad-

Estas pasarelas las tenemos llenas de mensajes inspiradores de amor, corazones dibujados sobre el acero, candados que juran amor eterno cerrados para siempre en las rejas, testamentos que señalan una fecha para toda la eternidad; algo tan simple pero a la vez con tanta fuerza como un "tú y yo".

Todo apunta que son nuestras almas adolescentes las que dejan esas huellas, pero si se fija bien; están abriéndonos una ventana hacia lo que podemos llegar a sentir en nuestros corazones. El privilegio de y del ser humano: El amor. ¿Conoce alguna experiencia más enriquecedora que la de estar enamorado?

La palabra amor resume infinidad de acepciones, teorías y definiciones. La primera definición que aparece en el diccionario es "sentimiento intenso del ser humano-". Por ello, no se restringe sólo a tener una pareja, puede enamorarse de este momento que lee el periódico, de la música, del amanecer, del murmullo del río... Realmente es vital, necesario y muy serio: implica el afecto con nosotros mismos y para nuestros seres más allegados. Nuestros tesoros.

Dedique momentos a dejarse llevar por el ritmo de su corazón. La razón, su mente y su cardiólogo se lo agradecerán. Haga la prueba. Le invito a que suba a esas pasarelas que tenemos en las ciudades que paseen por lo alto de ellas y redescubra la libertad que otorga sentir lo auténtico. Sus más intensos sentidos.