La pandemia sigue pudiendo con nosotros, no porque nos haga perder la ilusión y las ganas, que en algunas ocasiones y en algunas (¿muchas?) personas lo logra, sino simplemente porque no podemos hacer lo que queremos y deseamos, y nos obliga a dejar de lado cosas y acciones que nos gustaría hacer de otra manera. Lo que más nos sigue doliendo son las muertes de cada día, el ir atisbando el futuro que vendrá, y el intuir que se podrían hacer mejor las cosas.

En Extremadura llevamos ya bastantes días seguidos con fallecidos a causa de la covid, y estoy volviendo a oír esa coletilla tan sospechosa después de decir el número de muertos, de que «todos son de edad avanzada». No me gusta esa expresión porque parece una excusa para morirse el ser mayores de una determinada edad. Las residencias de ancianos están volviendo a aparecer, ya es la segunda vez, y por lo tanto, no me pueden decir que no se sabía lo que había que hacer. Los responsables de estos centro deben ser claros, si no tienen los medios suficientes deben decirlo, para que sepamos dónde va el dinero que primero tendría que ir para esto.

Con la publicación de ‘Todos hermanos’ (fratelli tutti), el papa Francisco ha dado un paso más en su pontificado. La encíclica, que comentaremos a su tiempo, ha tenido tantas y tan variadas reacciones, que es la mejor señal para indicar que otra vez el Papa ha dado en la diana. Alguno, muy papable él, dice que no la va a leer, porque 143 páginas son demasiado, ya se hará con un pequeño resumen. Otros (no sé si será cierto) dicen que el escrito solo ha sido primera página en ‘El País’ y ‘La Vanguardia’, y no tengo claro si eso es una halago o una descalificación. El Señor presidente Sánchez también la ha valorado positivamente, tampoco tengo claro si eso es bueno o no, lo que dudo mucho es que la haya leído.

Como veis, estas reacciones solo deben darnos pie para una cosa: leerla. Y una vez leída sacar nuestras conclusiones. Solo así sabremos el terreno que estamos pisando. Este Papa no nos va a defraudar, su mensaje es muy ‘divino’, pero el fundamento de lo que dice pisa directamente el polvo y el barro de nuestra realidad más cotidiana.

Mucha prudencia, mucho ánimo y mucha fe para todos.