Rastreo al coronavirus bajo tierra. La Diputación de Cáceres ha puesto en marcha un proyecto a través del que analiza las aguas residuales de 68 municipios de los 223 que tiene la provincia. El objetivo es hallar restos del covid-19 en el alcantarillado para ayudar a conocer la incidencia del virus en las localidades cacereñas. No se recogen en todas las poblaciones pero sí, con estas 68, se podrá obtener una idea de la circulación del coronavirus en casi todas porque se extraen muestras de las grandes poblaciones y de los pueblos donde existen institutos, donde acuden alumnos de las localidades cercanas.

Las muestras, en realidad, no detectan el virus en sí porque el tracto intestinal lo destruye, pero sí localiza su material genético, es decir los restos biológicos del covid-19. Puede detectar incluso la carga viral, porque las muestras miden la cantidad de genes por litro, lo que permite identificar si en una población el virus está atacando con más fuerza. Sin embargo, lo verdaderamente interesante del estudio es que va a permitir a las autoridades sanitarias adelantar los picos de contagio porque el coronavirus se excreta en heces mucho antes de que comiencen los primeros síntomas. Lo explica David Casero, responsable del área de Medioambiente y Transición Ecológica de la diputación, que lidera este proyecto: «La ventaja es que comenzamos a excretar en heces unos diez o doce días antes de empezar a presentar síntomas, por tanto, los resultados sirven como adelanto de algo está pasando. En los sitios grandes donde se está haciendo, como Madrid, Valencia, Barcelona o Murcia, se han dado cuenta de que, cuando ellos detectan un pico, a los doce días sube el número de contagios», apunta el técnico.

GRUPO DE TRABAJO NACIONAL

El estudio, que se enmarca dentro de un grupo de trabajo al que pertenece el Ministerio de Transición Ecológica, permite sobre todo hacerse una idea del volumen de contagios principalmente en las grandes ciudades, en el caso de la provincia cacereña, en lugares como Cáceres, Plasencia, Navalmoral de la Mata o Trujillo. La razón es porque el material genético del virus se excreta en heces sobre todo cuando la carga viral es alta. Esto explica que, hasta el momento, se haya detectado precisamente mayor presencia del covid en estas grandes localidades. «Varía mucho de la carga vírica que la persona tenga, por eso es muy fácil detectar los virus en las grandes ciudades porque hay más gente infectada y hay más posibilidades de que haya personas con mucha carga vírica», indica David Casero. Sin embargo, también es posible que, a pesar de que el análisis de las aguas residuales de una determinada población no detecte restos de covid, sí que existan contagios en ese municipio, lo que ocurre es que los restos del mismo son tan pequeños que son imperceptibles en las aguas fecales.

Las muestras se recogen de las entradas de las depuradoras y se trasladan en neveras, a través de una empresa de mensajería, al laboratorio del Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Cetaex), que es el que se encarga de analizarlas. Una vez en la Cetaex, la muestra se congela hasta que se comience a trabajar con ella para conservarla intacta. El proceso requiere primero de una floculación, que consiste en añadirle un reactivo para concentrarla. Luego se elabora una especie de PCR para intentar hallar material genético. Los resultados se obtienen en unas 48 horas. Los datos se envían después a la dirección general de Salud Pública de la Junta de Extremadura que se encarga de interpretarlos. Hasta el momento no existen resultados contundentes porque solo se ha recogido una muestra de cada municipio, una vez que se extraigan las segundas analíticas se podrá realizar una comparativa.