La delincuencia juvenil sigue en aumento en la provincia de Cáceres y los delitos se agravan, pero hay un dato alentador: la reincidencia es "moderada". Así se desprende del balance de casos instruidos por el Juzgado de Menores de la provincia en 2007 facilitado por su magistrada titular, Julia Domínguez, quien considera sobre todo alarmante el incremento de los delitos de agresiones sexuales y de maltrato familiar cometidos por jóvenes de entre 14 y 18 años. Los más frecuentes siguen siendo los delitos contra la propiedad: robos, daños y hurtos.

El Juzgado de Menores incoó a lo largo del año pasado 338 expedientes de reforma, solo una más que el año anterior pero se mantiene una preocupante tendencia alcista ya que, según apunta la magistrada, "hasta el 2005 no habíamos pasado de los 250 casos" y desde hace dos años "el aumento ha sido progresivo". "Esto significa más delitos, más faltas y más menores implicados", concluye Domínguez, que dictó 201 sentencias penales.

INTERNAMIENTOS Ese incremento es aún más perceptible en algunos tipos de delitos concretos, como es el caso de las agresiones sexuales de menores a menores. La magistrada explica en este sentido que la incidencia de estos delitos ha dado "un salto espectacular y alarmante", también por el empleo de una "gran violencia" en la comisión de las violaciones.

Así, de los 13 menores cacereños que el juzgado envió al centro de reforma el año pasado, cinco lo fueron por agresiones sexuales y con medidas de internamiento cerrado y de larga duración. Además, la notoriedad de esta clase de crimen es mucho mayor en Cáceres que en Badajoz, donde los delitos que más despuntan son los económicos.

Aparte de las agresiones sexuales, también se ha detectado un incremento importante de los casos de maltrato familiar (menores que agreden a sus padres y hermanos), agresiones físicas entre chicas --el doble que en la provincia de Badajoz--, agresiones en colegios y delitos graves de atentado o lesiones cometidos por menores con algún tipo de trastorno mental.

De estos últimos, uno de los casos más graves ocurrió en octubre en el instituto Norba Caesarina de Cáceres cuando un alumno de 16 años en tratamiento psiquiátrico intentó agredir con un cuchillo de grandes dimensiones a un profesor aunque no llegó a herirle. El Juzgado de Menores lo condenó la semana pasada a dos años de internamiento cerrado y cuatro de libertad vigilada con tratamiento terapéutico. El fallo se dictó de conformidad con los representantes del menor.

EL ´HAPPY SLAPPING´ La moda de las agresiones grabadas a través de móvil y después difundidas en internet, que se conoce con el nombre de happy slapping (la bofetada feliz ), afortunadamente no ha arraigado, al menos de momento, entre los menores de la provincia. "Existen", asegura la magistrada, pero "no son casos alarmantes". Al juzgado han llegado en los últimos tres años dos casos: una agresión física y una agresión sexual por varios menores sobre otro menor. No serán todos los que han ocurrido, reconoce la magistrada, puesto que estos se dan en círculos cerrados y "se suelen tapar".

Aunque numéricamente la delincuencia juvenil en general va en aumento y con delitos cada vez más graves, también es cierto que la reincidencia es escasa. La jueza de Menores destaca ese dato como algo positivo en los resultados que está obteniendo la Ley de Menores. Según su valoración, la mayoría de los chicos que delinquen lo hacen por primera y única vez. "Los reincidentes no son tanto, no llega al 10%, y el resto reaccionan para bien a las medidas correctoras que se les aplica", señala Domínguez.

Añade que, por ejemplo, de los 8 internados el año pasado por delitos no sexuales, tres serían irrecuperables por su entorno y probablemente vuelvan a delinquir cuando salgan, pero el resto "habrán aprendido la lección". En el caso de los cinco agresores sexuales que están recluidos aún no se puede evaluar el resultado de las condenas impuestas.

En su opinión, las medidas de libertad vigilada y prestación de servicios a la comunidad son las más "efectivas". "Les ayuda a comprender lo que han hecho mal y en su mayoría después siguen haciendo su vida normal", confirma. Por todo ello, la conclusión que extrae la responsable de juzgar a estos pequeños delincuentes es "positiva". "Es cierto --afirma-- que hay un porcentaje no deseable, pero no es destacado" respecto a la población juvenil actual.

El progresivo aumento de las causas penales contra menores ha llevado al juzgado cacereño a solicitar más personal al ministerio, aunque todavía no han obtenido respuesta. Actualmente, además de la magistrada, solo cuenta con un oficial, un auxiliar y un agente judicial.