A sus 61 años, Eduardo Escrihuela ha tenido que decidirse a vender su casa, situada en la zona de Busquet, concretamente en la calle Castillo, muy cerca de Parras y a escasos minutos de Pintores y la plaza Mayor. "La ubicación es buena, lo sé, en pleno centro, pero mi mujer y yo tenemos minusvalías superiores al 65% y debemos dejar la zona porque existen muchas escaleras", afirma.

La casa ni siquiera necesita reformas. Aun así, Eduardo se temía una venta difícil, justo ahora, en la peor época para el mercado de la vivienda. Por eso lo dejó en manos de una inmobiliaria. Al final todo ha salido mucho mejor de lo que esperaba y ha encontrado comprador en un mes. Además, otra media docena de personas se han interesado por la casa. Y ha sido así porque Eduardo Escrihuela ha sabido poner un precio razonable de 55.000 euros a un inmueble de 83 metros cuadrados.

Vista la experiencia, el matrimonio ha dejado en manos de la misma profesional inmobiliaria, Angeles Cabrera, la búsqueda de una nueva vivienda adaptada a sus minusvalías, en la zona de Cánovas y entorno. Eduardo ya está viendo fotos, vídeos, informes y planos de posibles casas, aunque su búsqueda es bastante específica. "La mayoría de los inmuebles tienen escaleras en el portal o en el camino al ascensor. Estoy en contacto con el Sepad para informarme de cómo se rebajan este tipo de barreras", señala.