El crematorio de Cáceres ya está en funcionamiento. Así lo confirmó ayer el concejal de Obras, José Joaquín Rumbo, que explicó que el recinto presta desde esta semana sus servicios a cualquier familia que lo demande, aunque de momento no se haya previsto ningún acto inaugural. Basta con solicitar la incineración a través de las compañías de decesos o en el mismo crematorio, situado en el llamado Patio Moro del cementerio.

El proyecto ha concluido tras seis años de papeleo, trabas, tramitaciones y obras, un largo proceso que en ocasiones ha llevado al concejal "a la desesperación", según confiesa. Finalmente, y tras un desembolso de 336.000 euros, el recinto se pone en funcionamiento con una tarifa de 360 euros por servicio. La compañía Mapfre tendrá la concesión durante cincuenta años.

Tras el cumplimiento de las dos últimas exigencias --puerta y cristales de acceso al horno reforzados contra el fuego--, el crematorio ya está a disposición de los cacereños y los municipios del entorno, y pondrá fin a los desplazamientos hasta Plasencia y Villanueva de la Serena, donde se ubican los servicios de incineración más cercanos. Además, las estadísticas revelan que un 45% de las personas prefieren esta opción al enterramiento.

LAS ESTANCIAS El nuevo recinto está preparado para recibir a víctimas y familiares de cualquier condición religiosa. Tiene una capilla aconfesional sin ningún símbolo, antesala, sala de despedida, dos túmulos, sala de urnas, horno crematorio, sala de entrega de cenizas, dos vestíbulos y otras estancias para el uso del personal que trabaja en la instalación. En cuanto a los aparcamientos, el nuevo vial de la urbanización Montesol, de acceso al recinto, dispone de espacio para numerosos vehículos.