La pelea clandestina de gallos interceptada por la policía local en Aldea Moret pone al descubierto una red de ladrones de estos animales en criaderos de la capital cacereña. Este diario pudo confirmar ayer que al menos dos dueños de granjas del extrarradio han sufrido durante el último mes un incremento de las sustracciones de estas aves, que alimentan y entrenan para la venta a particulares, con precios que oscilan entre los 150 y 400 euros, según el perfil del animal.

Antonio Quesada, criador de gallos en la finca La Espartera, situada en la solana de la Montaña, aseguró a EL PERIODICO que le han robado una quincena de gallos durante el último mes. Experto en esta disciplina, ha denunciado los hechos ante la policía, que ya ha visitado las instalaciones donde guarda más de 50 ejemplares, repartidos entre crías de menos de un año, aún no preparados para pelear, y 17 destinados específicamente a este fin. Quesada dejó claro que sus clientes proceden de otras comunidades como Andalucía, Valencia, Baleares y Cataluña, aunque también vende a particulares de la región, a pesar de que la Ley de Protección de los Animales de la Junta de Extremadura prohíbe expresamente las peleas de cualquier tipo de animales, incluidos los gallos.

Este veterano criador, de 78 años y con más de 60 años de experiencia, explica que los robos en su finca se han producido a plena luz del día. "Aprovechan cuando me meto en casa para entrar a robar", añade, asegurando que en el último mes los ladrones han penetrado en su propiedad hasta en media docena de ocasiones. Esta situación le ha obligado a instalar un nuevo vallado de chapa para elevar la altura de las tapias de la finca.

Quesada, que tuvo conocimiento a través de este diario de la pelea clandestina de gallos en Aldea Moret, reconoció en la fotografía publicada ayer por EL PERIODICO al ejemplar recuperado por la policía local, sin cresta, con la cabeza ensangrentada, sin poder abrir los ojos y medio muerto. Una de las cuatro personas, que presenciaba la disputa y fue identificada por la policía local, responde a las iniciales N. S. N., de 21 años. Las otras tres huyeron de lugar tras advertir la presencia de la policía, que recibió la llamada de un vecino alertando sobre lo que ocurría.

Por su parte, Manuel Floriano, con un criadero en el polígono ganadero de la Mejostilla, considera "anormal" el incremento de los robos de gallos. Ha sufrido dos en la última semana, denunciados en Comisaría, en los que le robaron cuatro ejemplares. "Se los llevan para peleas clandestinas", asegura este especialista, con una amplia experiencia en este campo. Calcula que cada ejemplar puede rondar los 150 euros en el mercado.

Floriano dice sentirse "impotente" para evitar los robos y añade que tuvo que acudir el pasado jueves a la jefatura de la policía local para reconocer si el gallo interceptado en la pelea de Aldea Moret era suyo, extremo que negó ayer a este diario. Este criador indicó que en Cáceres no hay peleas autorizadas desde principios de los 60 y recordó que en Extremadura siguen realizándose en Puebla de la Calzada y Almendralejo.