«He visto un desinterés en que se haga justicia y el caso se ha cerrado en falso». En estos términos se expresa José María Tovar, el que fuera el guarda de hecho de la víctima de la violación en Novaforma. Según el Código Civil, la figura que él encarnaba en el momento de los hechos tiene como función «velar y proteger, en sentido amplio, a un menor o incapacitado sin haber sido nombrado al efecto», es decir, ejerce una función tutelar sin la previa formalización típica. De hecho, fue el que denunció los hechos.

En ese sentido, Tovar expresa su total disconformidad con el dictamen del juez de la Audiencia Provincial que condena a un empleado con discapacidad de Novaforma por violar a un usuario con discapacidad del centro a tres años de cárcel y al pago de 30.000 euros. Cabe destacar que las partes llegaron a un acuerdo sobre la condena y con eso evitaron el juicio. Al respecto, el guarda de hecho alega que debido a que no tuvo lugar la vista oral en la audiencia no se pudo demostrar «una relación causa y efecto entre la parálisis que sufre la víctima a causa de una bacteria en la médula y la violación, presunta transmisión del parásito». De este modo, añade que si se demostrara esa relación «hay un daño gravísimo causado y la pena es mínima» y sostiene que la víctima merece tener «una calidad de vida digna».