La Policía Nacional ha conseguido desarticular una banda local dedicada al robo de establecimientos comerciales e industriales de la ciudad tras casi año y medio de investigaciones. Los ladrones, cuatro vecinos de Cáceres, se habían convertido en auténticos "especialistas" que estudiaban minuciosamente sus objetivos antes de actuar, según informó ayer la Comisaría Nacional de Policía. Se le han podido atribuir de momento veinte robos a bares, tiendas y empresas de los polígonos de Capellanías y Charca Musia, otros barrios de la ciudad --entre ellos Nuevo Cáceres-- y tres más perpetrados en Sierra de Fuentes y Portugal.

Los detenidos son: Oscar Javier de J. R., alias Portu , de 27 años, nacido en Cáceres pero con nacionalidad portuguesa y había sido detenido una vez por un robo en 1999. Roberto Jesús R. C., de 20 años, nacido en Cáceres y sin antecedentes. Francisco Javier M. A., de 20 años, nacido en Madrid y sin antecedentes. Y Javier M. F., de 19 años, nacido en Valencia, a quien le constan tres detenciones anteriores por robo.

EMPLEO EN UNA CRISTALERIA Los dos primeros han ingresado en prisión y los otros dos han quedado en libertad con cargos. En sus declaraciones ante el juez, han reconocido la autoría de los robos, según informaron fuentes policiales a este diario. Oscar Javier de J. R. y Roberto Jesús R. C. trabajaban en una empresa de cristales blindados de Capellanías donde, según la policía, adquirieron su destreza .

La investigación policial se inició a principios del 2006 tras detectarse un incremento sustancial de robos en polígonos industriales y locales comerciales, sobre todo bares, tanto de Cáceres como de los pueblos cercanos. La operación, en la que ha colaborado la policía local, se saldó el martes con los cuatro detenidos, diversos registros domiciliarios y la incautación de gran parte del material sustraido y herramientas empleadas en los delitos.

La minuciosidad y especialización de la que han hecho gala ha dificultado, según la policía, el esclarecimiento de los hechos. En la mayoría de los delitos, no se hallaron huellas o vestigios que pudieran llevar a la identificación de los autores, ya que probablemente utilizaban guantes para no dejar rastros.

ESTUDIABAN LOS LOCALES La policía ha confirmado el grado de especialización que demostraban, tanto en la ejecución como en la preparación de los robos. Los objetivos eran previamente localizados, estudiaban sus sistemas de alarma, las vías de escape, las medidas de seguridad del interior, la proximidad de viviendas habitadas cercanas o el horario más idóneo para entrar. En los establecimientos, inutilizaban las alarmas y armados con las herramientas adecuadas (radiales, martillo percutor, destornilladores...) forzaban máquinas tragaperras o cajas fuertes.

Su objetivo era fundamentalmente dinero en metálico, aunque en sus diversas acciones se hicieron también con comestibles, bebidas alcohólicas, electrodomésticos e incluso juguetes teledirigidos.