Cáceres ya tiene cuatro fábricas de cerveza artesana. Un negocio que va al alza y del que en la actualidad están detrás algo más de una decena de cacereños. Pero, ¿qué es realmente una cerveza artesanal, qué la diferencia de una industrial? «Hay que entender la palabra artesana como una oferta amplia que se sale de lo común, un producto versátil que permite experimentar sabores, se trata de dar aromas y matices personales», asegura el gerente de una de ellas, Invisible Brewery, juez de cervezas que cuenta con la certificación internacional ‘Beer Judge’ y maestro de Primaria en el colegio Nazaret, David Santos (Malpartida de Cáceres, 1985). En este sentido, el empresario de esta marca asentada en la capital, señala que no es necesario ser un entendido en la materia para apreciarla. «La diferencia reside básicamente en los lotes de producción y los ingredientes: en la calidad y en la cantidad de los mismos. Hay muchísimas variedades de lúpulo o de maltas, dependiendo de cuál se escoja el sabor cambia mucho».

Esto explica el auge de las cervezas artesanales en Cáceres. En la provincia ya hay cuatro, la de Santos, Las Claras (también en la capital cacereña), Belona, en Trujillo, y Cervezas del Ambroz, en Hervás. «El consumo está creciendo. Siempre es un placer llegar a un bar y poder elegir entre una gama amplia de cerveza artesana, con estilos de gran calidad para todos los gustos», expresa Santos.

La tradicional navega entre multitud de texturas y sabores, ya sean rubias, negras, tostadas o castañas. Con su universo propio y fáciles de mezclar con las comidas, «empiezan a convertirse en toda una curiosidad para quienes desean vivir una experiencia nueva y placentera. En caña o en tercio, lo importante es que no tenga aditivos ni conservantes, y que esté sin pasteurizar», subraya. Esos son los elementos básicos que hacen que el zumo resultante de ingredientes como el lúpulo, la malta, la levadura y el agua, se transforme en una birra artesana.

«Quien empieza a valorar los sabores de la cerveza tradicional, difícilmente querrá volver a las cervezas industriales. Las grandes marcas, por abaratar costes, utilizan ingredientes de menor calidad», concluye Santos, defensor de un ‘boom’ que, destaca, «ha venido para quedarse».