El caso de la familia Carrasco es uno de los que se vivieron el día de Navidad en las urgencias del hospital. No es ni el más grave ni el de más tiempo de espera, pero sirve para entender lo que pasa en estos días.

Alejandro, de 13 meses, había estado varios días con un virus intestinal que le provocaba diarreas y le tenía intranquilo. El día de Navidad, sobre las 20.30, sus padres le llevaron a urgencias. El niño no tenía fiebre. "Llegamos sobre las 20.30 y nos atendieron sobre la 1.00" dice Ignacio Carrasco, padre de Alejandro. "Y en la urgencia vimos a gente que llevaba más tiempo esperando", añade. A Carrasco le sorprendió que, cuando les llegó el turno, el médico que vio al niño era el de urgencias, no el pediatra. Volvieron a casa con la recomendación de que el niño hiciera dieta.

Ayer por la mañana, los Carrasco pudieron acudir al pediatra del centro de salud, que les dijo que el niño tenía síntomas de deshidratación y que tendrían que acercarse de nuevo al hospital. A primera hora de la tarde ya estaban allí. "Hoy ha ido todo más rápido" decía la madre.

EL PERIODICO preguntó ayer a la dirección médica si se puede decir cuál es el tiempo medio de espera habitual en las urgencias, pero el doctor Francisco Corcho señaló que "es difícil señalar cuáles son los tiempos de espera habituales, porque una persona puede estar esperando mucho tiempo, pero si llega alguien con algo más urgente, va a tener que seguir esperando".