Los cacereños amanecieron ayer extrañados y su inquietud fue en aumento durante la mañana. El norte de la ciudad registró un fuerte olor a quemado a lo largo de la noche, y en las siguientes horas se extendió al resto del casco urbano, incluso el humo podía verse y hasta respirarse a media mañana. El origen estaba en una sucesión de incendios de pastos, la mayor de este verano, con cuatro focos en poco menos de 24 horas. El más extenso se produjo de madrugada en la falda del Paseo Alto y afectó a media hectárea. El resto se localizaron en el parque del Príncipe, la Charca Musia y el Junquillo. No hubo que lamentar daños materiales ni personales, aunque la policía local estudia la relación de un grupo de jóvenes con el fuego próximo al Paseo Alto.

El Sepei confirmó ayer que no se trata de un número habitual de intervenciones, ya que los distintos cuerpos del consorcio en la provincia realizan unas cinco diarias en su conjunto. Sin embargo, entran dentro de la lógica del verano "y el humo no ha entrañado riesgo para los ciudadanos", aclaró ayer el gerente del Consorcio Sepei Cáceres, Oscar García Rioboó, que insistió en que "la normalidad es total".

Pese a ello, los equipos de emergencia se mantienen muy atentos a posibles incidencias, sobre todo con las altas temperaturas, y este año han puesto en marcha un plan común en el que participan Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil y bomberos del Sepei y del Infoex para coordinar la vigilancia y atender con rapidez cualquier contingencia. "Estamos de continuo supervisando la ciudad, especialmente la Montaña, que se encuentra en máxima alerta por el calor", explicó ayer Isabel Mendoza, subinspectora jefa en funciones de la Policía Local. Los agentes realizan cada día varias patrullas por la Sierra de la Mosca.

LOS FOCOS El primer incendio se produjo a las doce del mediodía del martes en el parque del Príncipe, frente al número 43 de Hernán Cortés. Una dotación del Sepei lo controló en poco tiempo y hacia la una ya estaba todo resuelto. Las llamas afectaron a un área de entre 500 y 1.000 metros. El segundo tuvo lugar a las seis de la tarde en la zona de Charca Musia y también intervino un vehículo con cuatro profesionales del Sepei.

El tercero fue el de mayor superficie, y además se produjo de madrugada. "Llamamos a los bomberos al ver las llamas, el humo nos despertó", explicaban ayer dos vecinos del residencial Infanta Isabel. El fuego quemó unos 6.000 metros de pastos en la loma situada entre el paseo Alto, dicha urbanización, el cementerio y el distrito de Montesol. La Policía Local fue informada de la presencia de varios individuos con ciclomotores justo antes de iniciarse las llamas, que fueron vistos por los vecinos, y ha abierto una investigación.

Acudió una dotación del Sepei que tuvo que intervenir casi dos horas en la zona, entre las 4.00 y las 5.45. Posteriormente volvió en la mañana de ayer para enfriar algunos rescoldos.

Precisamente, poco antes de regresar a este lugar los bomberos tuvieron que trasladarse a un descampado de la zona del Junquillo para extinguir otro incendio declarado a las 10.40 horas, que calcinó algunos olivos.

El gerente del Sepei aclaró que la mano humana está detrás del 95% de los incendios, con intencionalidad o por imprudencia. "No se dan estadísticas para restar protagonismo a los pirómanos", afirmó la subinspectora.