Al menos cuatro locales de la movida cacereña están interesados en ofrecer conciertos a partir del próximo otoño. La entrada vigor de la ordenanza municipal del ocio, que permite a los establecimientos con determinadas características realizar reformas para poder ofrecer música en directo, ha logrado despertar el interés de los empresarios tras años con una exigua programación privada.

Según ha podido confirmar este diario, existen tres iniciativas en firme por parte de empresarios de La Madrila y su entorno y la calle Pizarro. El cuarto, radicado en el Corral de las Cigüeñas de la ciudad monumental, pretende acogerse a uno de los artículos de la normativa que permite solicitar autorización de carácter extraordinario "para actividades o espectáculos".

De esta forma, si todos los establecimientos empiezan a programar, el panorama de la música en directo podría empezar a cambiar a partir del próximo curso. Hasta junio, solo un local había logrado programar semanalmente sin miedo a las multas: la sala La Bola, en los bajos del Extremadura Hotel, aunque la iniciativa ha durado una temporada tras agotarse el contrato entre el empresario Pablo Pérez y el grupo Pinilla, propietario del establecimiento situado en la avenida Ruta de la Plata, según aseguró la empresa.

A la espera de que se resuelvan están otros dos proyectos encabezados por los hosteleros David Vivas y Juan Pulido. El primero regenta en solitario el pub Barroco, en La Madrila baja, donde tiene previsto invertir 50.000 euros en adaptar este local de 190 metros cuadrados con capacidad para 200 personas y ofrecer así conciertos semanales, además de otras actividades.

Aunque Vivas reconoce que ya ha programado música en directo a pesar de la amenaza de ser multado, la ordenanza del ocio le ha permitido presentar en el ayuntamiento "un proyecto de viabilidad", previo al técnico, "para intentar hacer lo mismo, pero legalmente". El empresario, que quiere incluir música en directo de distinto tipo --"rock, pop o alternativa"--, defiende la opción de las empresas para ampliar su oferta. "Es una alternativa más que dar a los clientes", asegura Vivas, que confía en el visto bueno municipal al cambio de licencia a café-concierto para poder encargar un estudio técnico que valora en 10.000 euros.

JAZZ Y FOLK Para Juan Pulido, responsable del pub La Caballeriza situado en los bajos del nuevo hotel Albarragena, la intención es poder empezar a programar conciertos en septiembre en el jardín, con especial atención al jazz y al folk. Aunque se trata de un espacio al aire libre, su idea se centra en poder cubrirlo e incorporar microclima y cañones de calor. Ya ha solicitado la licencia de café-concierto. "Queremos darle una oferta variada al público", explica el joven empresario, que también tiene previsto incorporar a un pianista en las cenas que ofrezca el establecimiento hotelero de Pizarro.