Los pingüinos de la Patagonia argentina fotografiados por Fernando Durán o los planetas (Júpiter, Venus o Marte) retratados por el telescopio fotográfico de Francisco Antonio Violat, son sólo dos miradas al mundo, o el universo, que ofrece desde ayer la exposición CinQuenta Fotógrafos .

La muestra, quizás la que más fotógrafos ha reunido en Cáceres, es un amplio recopilatorio de las imágenes captadas por 64 autores cacereños y portugueses profesionales y aficionados. Cada uno ha aportado seis instantáneas.

Tal volumen ha obligado a distribuir la exposición en dos sedes y aunque su instalación sufre ciertas deficiencias apuntadas por los propios autores --el montaje en cartón-pluma presenta muchos trabajos arrugados, algunos poco iluminados y, en otros casos, mal cortados de los negativos--, su contenido merece la visita.

La muestra invita a viajar de lo conocido a lo desconocido, de lo cercano a lo lejano, del paisaje urbano al rural, de la naturaleza al retrato, de la vida de las ciudades a sus gentes y costumbres, del Womad a la Semana Santa... De Cáceres a Las Hurdes, pero también a Mali, Madagascar o Marruecos.

Presente y pasado también confluyen. Una jovencísima Paloma San Basilio por el arquitecto Angel González, la feria de ganado en el Rodeo de Nicolás Javier García, Saponi sin canas y con las lavanderas de Fernando Muñez, el botellón de Rufino Vivas, el hijo del fallecido Carlos Guardiola retratado por éste, la reacción de los cacereños al 11-M de Javier Caldera, la Bisbalmanía de Lorenzo Cordero, el Seúl en blanco y negro del lisboeta Carlos Miguel Fernandes... Todo un paseo por un mundo interior y exterior.