El geólogo Juan Gil divide el acuífero en tres áreas separadas por divisorias hidrogeológicas que desaguan en fuentes distintas: el Marco, la galería de la mina de la Esmeralda y La Alberca, que está en el extremo sureste y que es la menos alterada por edificaciones, lo que la preserva de "contaminaciones por vertidos urbanos". Gil considera que nuevas captaciones "en este área no explotada podrían proporcionar al ayuntamiento caudales de importancia en época de sequía". El área de las Minas sería "la más amenazada" por los vertidos que se han venido produciendo en pozos y galerías.