A Asisa le dijeron que para ir a España volaría en un avión de esos que paseaban por el cielo. «¿Cómo vamos a caber todos en algo tan pequeño?», respondió ella. Tiene sentido aunque no lo tenga porque desde el campo de refugiados de Tinduf los aviones vuelan tan alto que son prácticamente imperceptibles. No muy convencida sobre si realmente eran los humanos los que se adaptaban al tamaño minúsculo de la aeronave y no al revés, Asisa viajó a España y pasó su primer verano en Extremadura. Y luego otro. Y otro. Así hasta ocho. Y en ocho años caben muchas historias.

En la mayoría de ellas aparece Carmen Sánchez Morillo, una de las integrantes de la familia que acogió a la pequeña durante esos veranos. Es precisamente ella la que ha querido convertir esas historias en un cuento. La ilustradora y profesora de El Brocense ha querido recordarlas para que quede un testigo del viaje de Asisa. Así nace ‘Sueña la arena con hacerse viento’, un diario ilustrado con las vivencias y los «sueños» de la niña. Los textos han sido escritos por Marisa González, también profesora en el instituto cacereño. Las pinturas las firma la propia Sánchez Morillo. El libro se presenta esta tarde (20.00 horas) en el salón de actos del Ateneo (palacio de Camarena) y las ilustraciones se expondrán en una muestra esta semana en el patio del edificio.

Según relata a este diario la autora, el proyecto nació hace cinco años y pretende narrar, a través de un formato combinado con texto e imágenes oníricas, las experiencias de Asisa en Extremadura y ser reflejo de «la imaginación» y «la inocencia» de la pequeña. Por eso está cargado de color y de «primeras veces»: la primera vez que fue al cine, la primera vez que vio una obra de teatro o la primera vez que subió unas escaleras. «Subía los peldaños muy despacio y me di cuenta de que nunca había visto ninguna antes», confiesa la autora. «Quería comparar sus vivencias de aquí con la vida que tienen en los campamentos de refugiados o lo que ella nos ha ido contando sobre situación tan radicalmente opuesta que viven allí», sostiene. El propósito del libro es más elevado. Pretende no solo servir solo de cuaderno de bitácora sino «dar voz y luz a la realidad silenciada que viven hoy miles de refugiados saharauis».

Hoy, en la presentación con poesía y música, intentarán contactar por videollamada con la verdadera protagonista, que ya ha cumplido 18 y ya no tiene autorización para regresar a España. «Se dice siempre que los hijos te cambian la perspectiva de vida, te descubren el mundo, te lo enseñan de nuevo, es maravilloso», expone. Asisa fue eso, una hija para los Sánchez Morillo y ahora podrá serlo otra vez entre las páginas. Porque lo bueno de la memoria escrita es que queda para siempre.