La cultura quiere volar alto este año en Cáceres. Al menos las previsiones así lo auguran. 2018 quiere reconciliarse con un sector que, aunque incansable y con nombres y programación habitual, mantiene una actividad que más comulga con lo sumergido. Ya de antemano, el año nuevo recupera para los cacereños espacios emblemáticos que habían echado el cierre hace tiempo. El anuncio de la reapertura de la mítica sala Capitol en diciembre fue recibido con elogios. Maltravieso Border Scene, la compañía de teatro que dirigen el dramaturgo Isidro Timón y la actriz Amelia David, será la que se encargue de su gestión. Al espacio trasladarán las funciones que hasta ahora han ofrecido en su sede de la calle Parras. Diseñarán también una programación de producciones de otras compañías enfocadas al teatro o a otras artes.

Al igual que Capitol, el museo municipal de la calle Publio Hurtado reabrirá a mediados de año. Del mismo modo que la sala, llevaba más de dos años sin actividad. La incertidumbre de la entidad bancaria que gestionaba el espacio de la calle Margallo y la espera de la adjudicación de unas obras de mejora en el museo habían mantenido a ambos fuera del circuito cultural cacereño durante un largo periodo.

El ayuntamiento anunció en noviembre una partida de 100.000 euros en las cuentas de este año para acometer la mejora. Estos fondos se unirán a los 60.000 euros que ya recogía el presupuesto de 2017. La previsión del consistorio es que las obras comenzaran antes de diciembre y que el museo se incorpore a la oferta artística de la capital cacereña este año.

En el mismo sentido, la fundación Helga de Alvear, máximo exponente del arte contemporáneo de la ciudad, prevé aumentar los fondos abiertos al público este mismo año. Cabe recordar que el museo que gestiona la galerista alemana en la calle Pizarro está inmerso en un proceso de ampliación y conectará con Camino Llano. Tras superar el periodo de litigios, las obras avanzan a «buen ritmo» y «cumplen los plazos», según la Junta. La mejora permitirá que la galerista pueda exponer hasta 3.000 piezas de su colección personal.

En un año de regresos, Cáceres recupera un hito musical que convirtió a la ciudad en una meca para los rockeros: Extremúsika. Tras años convulsos, dos traslados poco fructíferos, uno a Mérida y otro a Trujillo, y silencio, el festival vuelve para sorpresa de muchos con un primer avance de casi medio centenar de grupos, con mezcla de géneros y con escasa presencia de mujeres. Ya en junio los responsables del Stone music festival anunciaron su intención de hacerse con la marca del festival. Esto hizo augurar que la cita podría tener una nueva oportunidad en la ciudad. Fue hace apenas una semana cuando la consejera de Cultura, Leire Iglesias, acompañada de la organización desveló que el rock -y el flamenco y el funk- resucitaba entre la oferta cacereña.

Por el momento, enero viene cargado de propósitos de año nuevo con dos reaperturas, una resurrección y la propuesta más ambiciosa del Helga que abren el año para el teatro, la música y el arte.