La próxima medalla de Cáceres que se entregue tendrá en su reverso la imagen de la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad, que volverá a una condecoración de la que reglamentariamente nunca tuvo que desaparecer porque la normativa municipal de honores establece desde 1959 que la patrona tiene que estar representada. Pero en las últimas distinciones ya no figuraba, y además la Comisión Municipal de Cultura acordó en diciembre revisar el reglamento para eliminar de la medalla los símbolos religiosos.

Sin embargo, esa decisión inicial, apoyada por todos los grupos políticos, sólo afectará a San Jorge, el patrón sí desaparece oficialmente de la principal distinción de Cáceres, pero no a la Virgen, debido a que los dos grupos mayoritarios en la comisión local de Cultura, PP Y PSOE, modificaron su voto después de que desde la dirección de ambos partidos se rectificase a sus ediles en la comisión, que en diciembre respaldaron separar la religión de una distinción de una administración, sin que con ello se quisiese infravalorar el significado de la Virgen para muchos ciudadanos como representación de cacereñismo.

REPRESENTACION CACEREÑA

Pero en los partidos no se entendió así. Los máximos dirigentes del PP y el PSOE en Cáceres, José María Saponi y Carmen Heras, se posicionaron en contra de su supresión, y se prefirió no eliminar un símbolo de la ciudad, cuya desaparición, además de no entenderse por parte de la población, provocaría más de una protesta.

Al acuerdo inicial de diciembre, siguió otro tomado en enero, que modificó lo dictaminado un mes antes, y que ayer se decidió incluir en el orden del día del pleno que la corporación celebra el jueves, sesión en la que se aprobará el nuevo diseño: en el anverso aparecerá el escudo de la ciudad y una leyenda sobre la distinción de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad, y en el reverso permanece la figura de la patrona. El modelo actual que establece el reglamento tiene en su anverso a la Virgen y el escudo, y en su reverso al patrón San Jorge.

El único grupo que mantendrá su posición inicial será IU, que considera que en un Estado que desde la Constitución de 1978 es aconfesional no tiene sentido que una imagen religiosa sea la representación de una ciudad.