Una vez más volvió a atascarse el colector de Llopis Ivorra. Esta vez a la altura de la avenida de Dulcinea donde de las alcantarillas brotaban aguas fecales y alcanzaron la cueva de Maltravieso y el centro de interpretación de la cavidad. No es la primera vez que esto sucede por lo que los vecinos del barrio exigen una solución urgente al ayuntamiento.

La Consejería de Cultura, de la que dependen ambos enclaves cacereños, evalúa ahora los daños que han podido ocasionar las aguas fecales. Por el momento, y tras realizar una primera inspección, desde el gobierno regional afirman que no llegaron a alcanzar al centro de interpretación aunque por el momento se desconoce el impacto que han podido tener en la cueva. «Las primeras valoraciones indican que las aguas fecales del colector de Llopis Ivorra no han alcanzado al centro de interpretación de la cueva de Maltravieso. No obstante durante esta semana se desarrollarán los controles periódicos en la cueva para determinar si se ha visto afectada por las filtraciones producidas por las averías que ha sufrido el colector», decían ayer desde Cultura.

El problema, según explicó el presidente de la asociación de vecinos de Llopis Ivorra, José Antonio Ayuso, es que el colector se atasca cuando llega a la altura del centro de interpretación. «El tubo aquí se hace más pequeño, por lo que le resulta imposible recoger el agua sucia que genera el centro de interpretación y la casa del guarda. Cuando no puede más se atasca y revienta y el agua sucia brota por la calle», señala. Afirma que el olor es «insoportable». «Es una vergüenza que tengan esto así, si cuando se atasca el centro de interpretación tiene turistas damos una imagen dantesca que no se puede permitir».

200.000 euros / Los vecinos llevan reclamando el arreglo desde hace seis años. Como publicara este diario hace unas semanas el ayuntamiento ha reservado una partida de 200.000 euros para la mejora del saneamiento en la barriada, con cargo al presupuesto propio del consistorio. Servirá para renovar los conductos de las calles Honduras, Salvador y Costa Rica,así como la conexión de la red desde la cueva hasta la rotonda que une Cervantes con Dulcinea.