El primero que conquistó Cáceres a los Almohades fue el portugués Geraldo Sempavor en el año 1166, pero lo hizo sólo para asaltarla y saquearla sin tener ninguna intención de que pasara a manos del Rey de León. Poco tiempo después fue recuperada por los Almohades.

Fernando II de León en el año 1169, con una espectacular incursión guerrera, conquista Cáceres para las huestes cristianas entregando la Villa a los Fratres de Cáceres para que la protegieran y defendieran de los árabes.

El 10 de Marzo de 1173 el califa almohade “Abú-Ya’qub”, algunos autores hablan de que fue su lugarteniente Abu Hafs, atacó Cáceres y degolló a todos los defensores entre los que se encontraban los Fratres de Cáceres, sus descendientes fundaron la Orden Militar de Santiago, una de las Órdenes Militares de gran prestigio en la Historia de España.

Por fin el 23 de Abril de 1229, después de cuatro intentonas, Alfonso IX de León, contando con la ayuda de tropas de Castilla y de las Órdenes Militares toma la Villa a los musulmanes y desde entonces no dejó de ser cristiana. Convierte a Cáceres en Villa Franca y Realenga, dependiente del Reino de León y le otorgó la Carta de Población, conocida como el Fuero Latino de Cáceres, tan favorable para la repoblación del territorio, la construcción de los palacios y casas fuertes, el gobierno municipal, la concesión de la Feria de Cáceres para reactivar el comercio, etc.

Además de la expulsión general de los judíos decretada por los Reyes Católicos en 1492, en la Villa de Cáceres por decreto de 1478, los judíos cacereños son obligados a marcharse fuera del recinto amurallado y trasladados al otro lado de la Plaza Mayor, a las actuales calles General Ezponda, Paneras La Cruz, Plaza de la Concepción, etc. Se dedicaban fundamentalmente al comercio, sastrería, artesanía y al préstamo. El actual Palacio de la Isla fue construido en el siglo XVI en el solar que ocupó la sinagoga de la judería nueva. En 1479 se calcula que había en Cáceres un total de 130 familias judías, unas 520 personas.

En el “Repartimiento hecho a los Judíos” por el Rabí Jacob Aben Núñez, en el año 1474 aparece la aljama judía de Cáceres como una de las cinco mejores de Castilla por el enorme tributo que pagaba a las arcas reales, un total de 8.200 maravedíes.

En las visitas que realizó Isabel la Católica a Cáceres los judíos cacereños se quejaron ante la Reina porque ellos aportaban mayor cantidad de dinero a las arcas municipales que los cristianos en los repartos de impuestos que se hicieron.

En 1492 los judíos que no abrazaron la fe católica se marcharon a las cercanas tierras portuguesas donde se conservan aljamas de gran belleza y esplendor. A los judíos se les prohibió que abandonaran la ciudad con dinero acuñado y tuvieron que dejas atrás sus casas, huertos y muchas tierras de las que eran propietarios.

En esta fecha terminó la convivencia pacífica de las tres Culturas en Cáceres que tanto bien hizo por la diversidad social y cultural, la economía y la prosperidad de la Villa... (continuará).