Damián y Josefa llegaron al barrio de San Antonio hace 56 años, así que son de los vecinos más antiguos de la barriada. Decidieron irse a vivir a la judería porque el matrimonio no disponía de casa. Aquí encontraron una vivienda modesta que con su esfuerzo rehabilitaron. Sus tres hijos se criaron aquí y aún los recuerdan jugando con otros niños por las calles de la barriada. También consideran que el barrio ha cambiado mucho de unos años a esta parte.

El tránsito de turistas por las calles y rincones de la judería, les proporciona mucha compañía. Josefa confiesa que más de un visitante le ha querido comprar su casa, pero ella confiesa que nunca abandonaría el hogar que tanto les costó levantar. "Si me mudo, sería a un sitio cerca de alguno de mis hijos", dice.

El matrimonio entiende que debe haber una mejora en las infraestructuras de la judería, ya que tras la rehabilitación de una calle por parte del ayuntamiento, se instalaron unos escalones que impiden el paso tanto de camiones de bomberos como de ambulancias.

La tranquilidad y la buena relación con sus vecinos son los dos elementos que más valoran de un barrio al que llegaron cuando aún no había agua potable. Desde entonces han logrado en la judería crear una auténtica familia.