Tiene aire de galán de telenovela. Le gustan la velas, el incienso, la música de Café del Mar y el amor de su chica. Es luchador, comprometido, cosmopolista, detesta la homofobia. Empezó recogiendo vasos en un pub de La Madrila y ahora regenta Barroco, el puerto cacereño al que todas las noches David Vivas quiere regresar.

--Han sido tantas noches juntos...

--Catorce años. Y lo más curioso es que yo empecé recogiendo vasos en un conocido local de La Madrila. Llegué a estar incluso trabajando en un ropero y a partir de ahí empezó la gran aventura, la familia decidió montar un negocio empresarial y aquí seguimos.

--Pero ninguna como esta...

--(Risas). Mucho más relajada. Lo más importante es que no tendremos que estar pendientes de un reloj para que nos vengan a denunciar.

--Porque hoy no hay barra que nos separe...

--Me gusta estar fuera de la barra, aunque donde realmente me siento identificado es dentro, cuando me junto con mis compañeros, con el pincha, con la música... a partir de ahí es un equipo y es donde realmente mejor me lo paso.

--Aunque con usted nunca hay distancias...

--Me encanta el tú a tú. Hablar con la gente, ahí es donde aprendes, donde descubres como son las personas realmente. Mi mejor universidad ha sido siempre la noche, aunque su maquillaje tape todos los defectos.

--Porque usted convierte la barra en una barca para que todos tengamos cabida...

--Sí. Siempre he intentado que la sala sea muy cosmopolita.

--Porque su barra no es solo barca, también es patera...

--Es cierto. A las doce de la noche parece que entras en un gran transatlántico, pero cuando llegan las tres y media se convierte en una patera. Lo bueno es que siempre llegamos a buen puerto y cada fin de semana volvemos a partir.

--También bulevar de quienes no acaban de encontrar su sitio...

--Sí. Es un lugar donde las almas solitarias se buscan entre sí.

--Iglesia de la novia...

--La Iglesia es una gran empresa y, desde luego, me gustaría dirigir una empresa como esa. Y en cuanto a las novias, Barroco ha sido el lugar donde siempre he conocido a mis novias.

--Templo del barroco: recargado, desmesurado, irracional...

--Me gusta muchísimo mi local. Es un sitio distendido, aquí el lagarto se puede convertir en perro y el caballo en tortuga.

--Templo del ¡¡¡transformismo!!!!

--Pues sí. Nuestras fiestas Urban de los domingos son una pasada. Notamos que los clientes adoran a nuestros transformistas, que son supertiernos y superdivertidos.

--Y hasta un poco Chueca...

--Chueca ha sido y será siempre el gran proveedor de los mejores espectáculos. Barroco creo que es un poco la continuación del Ll o del Black & White.

--Y usted en mitad de esta barca, sin miedo a envolverse en plumas en un Cáceres donde aún rechina la pluma...

--Toda mi vida he tenido amigos homexuales, tanto hombres como mujeres, y siempre los he tratado igual que a los demás.

--En un Cáceres por el que trabaja y lucha sin miedos para que cambie y se transforme...

--Mis amigos me echan unas broncas terribles porque siempre estoy dando la cara y es cierto que al final te acabas viendo solo. Lo terrible de todo es cuando dan las tres y media de la mañana y aparecen dos personajes que se convierten en los empresarios de tu local y en los padres de tus clientes y a esa hora te mandan para casa. Pese a todo, creo que estamos en un buen camino, he estado apostando por un equipo que afortunadamente está gobernando y espero que no nos defraude.

--Pese a despertadores que llaman al toque de queda y no interrumpen el sueño de una ciudad que quiere despertar...

--Pues sí. Solo tienes que ir por la calle y darte cuenta de que la ciudad está despertando poco a poco. La gente quiere cambio y eso se respira.

--¿David, besar a una persona de tu mismo sexo y del sexo opuesto es algo que hay que hacer una vez en la vida?

--En mi caso, del sexo opuesto, totalmente. Hay que experimentar esa sensación que tienes cuando estás con una chica.

--¿Es la mejor táctica acercarte a quien te gusta y preguntarle, quieres acostarte conmigo?

--Reconozco que alguna vez me ha funcionado. Aunque apuesto mucho más por pasar una noche de fiesta y que surja lo que tenga que surgir.

--Vamos, que es preferible una cena con velas y champán para luego volar con ella en el sofá...

--Las velas, desde luego, pero tiene que haber incienso, una buena botellita de vino y una buena musiquita de Café del Mar.

--En mitad de este escenario, ¿sabe que me parece que da un aire de galán de telenovela?

--(Carcajada). Las telenovelas tuvieron su época, yo creo que también la tuve. Ahora, afortunadamente, estoy con una chica y me siento genial.

--De gallo del corral...

--Con mis amigos nunca utilizamos ese término, usamos más los taurinos: somos los toreros que vamos en el cartel, dispuestos a salir a hombros, aunque desgraciadamente siempre tenemos alguna cogida (más risas).

--De chico pincel sin miedo a desatarse...

--La experiencia me ha dado la tranquilidad y la seguridad de saber moverme. En cuanto a la ropa, prefiero comprarla en Madrid, que es la ciudad de mis sueños.

--Y para despedirnos, ¿me invita a una copa?

--Desde luego, y hacemos un brindis especial porque en febrero falleció mi abuelo. Va por él, por el maestro Espiga.