La experiencia ha sido estupenda, magnífica», dice en un pequeño despacho de la antesala de Alcaldía que durante los primeros 15 días ha ocupado. Sobre la mesa brilla una de esas macetas que le ha dejado una funcionaria y que llaman ‘la del dinero’. A la llegada de este diario, se levanta, lanza una sonrisa, siempre educada en sus formas. «Estoy muy contenta. Yo que he estado cuatro años en la oposición valorando las cosas que se hacían, no digo que todo se haya hecho mal, en absoluto, pero con otra perspectiva y queriéndolas hacer de otra manera y queriendo hacer otras cosas y más cosas», confiesa María José Pulido, que desempeña, hasta hoy, la tareas de alcaldesa en funciones durante las vacaciones del alcalde, Luis Salaya, que ya tocan a su fin. «Cuando tienes opción de estar en un gobierno ves que esa posibilidad la tienes y quieres aprovecharla. Y esta oportunidad que nos ha dado la ciudadanía me parece muy bonita».

¿Con qué se queda de estos 15 días? «Me quedo con que hay que trabajar mucho y echar mucho tiempo para responder a las necesidades de gobernar esta ciudad, con que es muy importante escuchar a las personas, y comprobar algo que ya sabía, que nunca vamos a hacer las cosas a gusto de todos. Pero me quedo sobre todo -añade- con lo bueno que tiene la relación con la gente, con la ciudadanía en general, pero también con los empleados de este ayuntamiento, que aquí tenemos un capital humano increíble, y esa oportunidad no la había tenido antes».

Pulido asegura que está en política porque cree que «el mundo puede ser mejor y debe ser mejor, y por eso estoy en política, por contribuir a que las condiciones vayan cambiando. No es tanto ayudar a las personas, que también, sino en trabajar a largo plazo para que las condiciones sean buenas para todas las personas.

Creció y vivió los años de la Transición, sabe lo que es el esfuerzo de la clase trabajadora. Considera que «la imagen que se ha dado de los políticos ha sido un poco distorsionada» y defiende que está en política «para servir a una ideología que se enmarca en la izquierda política y que desde luego tiene unas raíces muy profundas en el feminismo».

Y ahora, a trabajar. «Sí -responde-, trabajar es la palabra, nada llueve, nada nos va a venir regalado, todo nos lo vamos a tener que currar muchísimo y poquino a poco. Con mucho respeto a lo que se ha hecho. Es muy importante -insiste- respetar lo que se ha hecho previamente. Las revoluciones -concluye- han hecho grandes cosas a lo largo de la humanidad y han sido importantes, pero en el día a día las revoluciones tienen que ser esas: respetar de donde venimos e ir hacia un futuro mejor».