Dejar atrás el lastre de la droga y empezar una nueva vida es una carrera de fondo. Eso lo saben muy bien Diego y Domingo, dos jóvenes extoxicómanos que han encontrado en el centro Ozanam el apoyo para volver a creer en sí mismos.

Diego tiene 26 años y cumple en el centro la última parte de una condena por robo. "Empecé por probar cosas nuevas, y a los 20 años estaba enganchado y robando para conseguir droga". Lleva en Ozanam desde noviembre y trabaja como jardinero, aunque en el futuro le gustaría dedicarse a la carpintería.

Este joven reconoce que no ha sido fácil salir del mundo de la droga --con 24 años ya había intentado suicidarse dos veces--, pero afirma que en Ozanam ha encontrado el apoyo que necesitaba para iniciar una nueva vida, lejos de su lugar de origen, donde asegura notaba "rechazo y desconfianza". Añade que sin una mano amiga "no tienes nada, aunque tengas mucho dinero, sin ayuda no eres nadie".

Diego transmite un mensaje claro: "La droga no tiene futuro, cada vez te hunde más" y esto es lo que le gustaría contar a otros jóvenes y sus padres. "No es sólo un vicio, es algo muy serio de donde no es tan fácil salir".

Domingo tiene 36 años, ha consumido droga desde los 17 años y, aunque hace algunos intentó dexintoxicarse, no ha sido hasta hace un año cuando dio un paso firme. Es de Cáceres y su proyecto de futuro es montar una empresa aquí, pues cree que aunque está cerca del ambiente donde se enganchó , cree que "de la droga no se puede huir, es necesario hacerle frente".

Asegura que "poco a poco" está saliendo del agujero que le llevó incluso a traficar, aunque echa de menos en este camino "la comprensión y el apoyo de la sociedad".