Insoportable», así califican los vecinos del residencial Ronda el ruido provocado por el lavadero de coches que lleva abierto en el barrio desde hace catorce meses. Funciona todos los días las 24 horas, aunque la situación se agrava de madrugada: «La gente viene a lavar el coche a las cinco o a las seis de la mañana, a esa hora el ruido de las mangueras y de los aspiradores es terrible», añaden los afectados, que prefieren mantenerse en el anonimato.
Hartos de las molestias decidieron unirse y denunciar la situación. Presentaron cuatro denuncias en la Policía Local e hicieron llegar por escrito sus quejas al ayuntamiento. Tiempo después el consistorio ha decidido clausurar el lavadero de forma cautelar. Como avanzó ayer este diario ordenó el precinto de la actividad el pasado martes pero aclara que, dicha decisión, no viene motivada por los ruidos denunciados, sino porque la empresa no ha cumplido con las condiciones exigidas para su apertura.
Según explica el ayuntamiento en enero del 2017 se le concedió licencia de obra y uso con la condición de que, una vez finalizada la construcción, fuera solicitada la comunicación previa o ambiental para iniciar el ejercicio de la actividad y se presentara el certificado acústico de conformidad con la ordenanza de Protección de Medio Ambiente en materia de Ruidos y Vibraciones. En noviembre de ese año se presentó la comunicación ambiental; sin embargo no se hizo lo propio con el certificado acústico.
Así las cosas el consistorio requirió a la empresa dicha documentación el 2 de agosto. Al no recibirla, tomó la determinación de precintar el centro de lavado. «Este cierre es cautelar, a expensas de que se conceda la licencia de reformado final de obras y presenten el certificado de ruidos. Una vez que la documentación esté en regla y se haya realizado la comprobación por parte de los técnicos municipales, se podrá proceder a reiniciar la actividad», aclara el ayuntamiento. E insiste en que «el precinto se ha producido por falta de documentación, no por ruidos, aunque uno de esos documentos sea el certificado acústico».
La empresa que gestiona el lavadero, Petrogold Extremadura, anunció su cierre a través de un comunicado lanzado en las redes sociales. Ellos culpan del precinto a los ruidos denunciados por los vecinos: «Debido a las denuncias de varios vecinos de la zona sobre el nivel de ruido del centro de lavado, medido con una aplicación del móvil, y a la solicitud del ayuntamiento de un estudio acústico global, se procede de forma temporal al cierre provisional del centro de lavado», decía el comunicado.
ESTUDIO GLOBAL / El miércoles presentaron en el ayuntamiento un informe acústico para avalar que sus niveles de ruido cumplen. Un documento que debe ahora ser evaluado por los técnicos municipales. Ayer los propietarios del lavadero declinaron realizar declaraciones a este diario. Han puesto el asunto en manos de un abogado.
Se da la circunstancia de que Petrogold Extremadura también es propietaria de la gasolinera de bajo coste ubicada en ese mismo residencial, en una parcela contigua al lavadero. La apertura de ésta ya generó multitud de denuncias y quejas vecinales. Los afectados llegaron a constituir una plataforma (ya se ha disuelto) que llevó el problema a los tribunales. El colectivo presentó en el año 2014 un contencioso-administrativo contra la resolución municipal que concedió licencia de apertura a la empresa promotora. Finalmente el juzgado dio la razón al ayuntamiento.
EN EL VIVERO / Ahora la misma situación se repite en el Vivero, donde abrió hace unos meses otra gasolinera de bajo coste con lavadero de coches. Su apertura propició también las denuncias de los vecinos, a pesar de que el ayuntamiento siempre ha defendido que los informes para su puesta en marcha son favorables. El abogado de los afectados, Antonio Fernández (también residente en la barriada), anunció ayer que están ultimando la denuncia que presentarán al juzgado porque creen que se ha otorgado licencia a la gasolinera «sin realizar mediciones en la superficie y sin respetar el proyecto».
También llevarán a los tribunales el lavadero de coches, por los ruidos que genera. «Es insoportable, a mediodía, como tengas las ventanas abiertas, no se escucha ni la televisión», asegura Antonio Fernández. En este caso el lavadero abre de 7.00 a 23.00 horas. «Un domingo a las siete de la mañana ya hay gente, si fuera algo puntual sería aguantable pero no lo es. El ruido es continuo y es horrible», afirma. Presentarán primero un escrito al ayuntamiento para solicitar el informe acústico y conocer los niveles de ruido. Después anuncian que interpondrán una denuncia en el juzgado.