"Cuando era pequeña me pasaba el día cortándole el pelo a mis muñecas, a mi madre la volvía loca porque las dejaba sin pelo, siempre me ha encantado ser peluquera". A Rosa María Dionisio, la profesión le viene prácticamente de nacimiento, con tan solo 25 años ya tiene a sus espaldas nueve años de experiencia "comencé a trabajar a los 16", explica "para mí montar una peluquería propia significa haber cumplido el mayor sueño de mi vida, todavía no me lo creo. A veces cuando vengo a trabajar me da la sensación de que he cambiado de trabajo y que sigo trabajando para otros, pero no, esta es mía", cuenta con una sonrisa enorme en la cara.

Rosa, Rosi como la conocen sus clientes, abrió el 4 de mayo la peluquería unisex Sietes , en el número 1 de la avenida Virgen de la Montaña, justo en el pasaje Norba. "Antes de que la abriera, este local también era una peluquería", cuenta Rosi. De hecho, ella ha decidido mantener el nombre de la anterior "para conservar la clientela que las otras chicas tenían, en estos momentos no podía arriesgar tanto. Cuando los clientes de las antiguas chicas entran y ven que no están ellas se quedan sorprendidos, pero luego todos salen contentos", dice Rosi.

Su compañera se llama Jennifer Jiménez "nos conocimos trabajando en otra peluquería en Cáceres, desde entonces nos hicimos muy amigas, por eso he querido que se viniera conmigo", cuenta Rosi.

Sietes abre ininterrumpidamente desde las 10 hasta las 20.30 horas --excepto la segunda quincena de julio y agosto que cerrarán a las 14 horas-- y, además de lavar, cortar y peinar; hacen la manicura, depilan las cejas y maquillan. "Este es el sueño de mi vida y no voy a desaprovecharlo".