A 3.000 metros de altura en las faldas del volcán Misti, en plena cordillera andina, se sitúa la ciudad peruana de Arequipa, donde cientos de niños esperan cada verano la llegada de un cacereño al que una casualidad llevó hasta ellos hace ya 10 años y ya no les ha dejado.

José María Montero, director del Instituto de Medina Legal de Cáceres, es el puente entre la capital cacereña y Arequipa, la mano tendida a los más de 400 niños --abandonados, maltratados o en situación de pobreza extrema-- a los que la institución Circa atiende en sus casas de acogida. Ellos son la prioridad de la Asociación Inti Rayni, creada por Montero como apoyo a Circa, y también del propio Montero, para el que Arequipa se ha convertido en su hogar todos los veranos.

Y con él arrastra a otros muchos que, como a él, todo aquello les engancha . De sus 11 acompañantes del pasado verano, siete eran cacereños --el traumatólogo Antonio Raigada, el gediatra Enrique Jaramillo, la enfermera Maite Durán, la médico forense Josefa Conejero, la enfermera de neonatos María Antonio Bravo, el dentista Joaquín de Dios y el ginecólogo Damián Gallego-- "que hicieron allí un trabajo sensacional", destacó Montero.

Aunque Circa se dedica a atender a todos los colectivos desfavorecidos, su prioridad son los niños, a los que, si es necesario, llega a acoger desde el mismo día de su nacimiento. Y "a atender las necesidades de los niños se centra fundamentalmente nuestra asociación" señala Montero, quien añade que también colaboran con Circa en otros aspectos. "Procuramos atender todos los sectores prioritarios, como educación, sanidad e infraestructuras, además de lo que se nos pide".

Varios frentes

A los niños, en el tema educativo, destina Inti Rayni su proyecto de becas de cara a la universidad, para que puedan entrar en ella y cursar su carrera universitaria, "programa en el que ya tenemos a 30 chicos becados". Pero además dan cursos de formación y capacitación a los profesores y también clases de apoyo a los chicos y chicas que están en la casas de acogida para que mejoren sus resultados académicos.

Por su parte, el grupo de médicos que se desplazan hasta allí se dedica a atender a toda la población que lo requiera, de forma altruista, y también administra medicinas de forma gratuita e imparte cursos en medicina preventiva, primeros auxilios...

El apoyo para la mejora de las infraestructuras tampoco se olvida. Al respecto, Montero señala que su asociación ha rehabilitado casas de acogida donde viven los niños para de alguna manera mejorar sus condiciones de vida, y realizado aulas de colegios en una situación realmente infrahumana. Y con especial satisfacción se refiere a una de sus últimas actuaciones, la finalización de un hospital que, gracias a la financiación de la Diputación Provincial y el Colegio de Abogados de Cáceres, se ha hecho realidad este verano. Se inauguró el 26 de agosto y ya funciona todo el año con personal local.

"Esto es muy importante y por eso estamos muy satisfechos, pues el objetivo de la cooperación es hacer proyectos pero, asimismo, que luego su desarrollo y mantenimiento lo haga el personal local, algo que se ha conseguido con la posta (hospital) abierta en Arequipa, ya que no se cierra cuando nosotros nos marchamos, sino que está abierto todo el año".

Cuando tras el verano Montero y las personas que con él colaboran, la mayoría cacereños, regresan, un médico, una enfermera, dos matronas, un dentista..., todos peruanos, atienden a cientos de personas, "y el objetivo es que cada vez tenga más dotación, poder conseguir que además de medicina general que es lo que pueden tener, puedan dar especialidad, sino toda la que en verano les posibilita nuestra presencia, sí al menos la más necesaria".

Agosto concluye y José María Montero regresa a su trabajo en Cáceres, satisfecho, pues asegura que el balance de lo hecho hasta ahora en Arequipa "es muy positivo" y con el pensamiento puesto en su regreso, "una cita anual a la que nunca renunciaré".