Ayer se constituyó la comisión de seguimiento del protocolo que hace un año firmaron el Ministerio de Defensa, ayuntamiento y Junta para garantizar la presencia de Defensa en la ciudad y que no se desmantelase el acuartelamiento de Santa Ana. Con la reunión de la comisión de seguimiento se activa un protocolo de intenciones con el que el Ministerio de Defensa confirma su intención de ampliar la base militar de Santa Ana (el actual centro de formación de tropa de Infantería o Cimov) en, al menos, 280 hectáreas. Otro de los objetivos del protocolo es la cesión al ayuntamiento del edificio del Infanta Isabel, uno de los asuntos que se abordaron durante el encuentro que se celebró ayer.

Pero el protocolo también recoge que en Cáceres se prevé que se instale un regimiento de ingenieros, y esto lo especifica en base a un real decreto del 2006 para la organización y despliegue de las Fuerzas Armadas, real decreto que una orden ministerial de diciembre del 2008 alteró en algunas de sus previsiones, incluida la instalación en Cáceres del regimiento de ingenieros.

AMPLIAR LA BASE La ampliación de la base tiene sentido para albergar a una nueva unidad, que, según especifica el protocolo de intenciones, sería un regimiento de ingenieros. Pero sin embargo, de acuerdo con la orden ministerial con sus previsiones aún en vigor, ya no está contemplado para Cáceres. La orden no incluye ninguna fecha sobre la vigencia de sus previsiones.

Tras la reunión, el concejal delegado de Patrimonio, Lorenzo de la Calle, quien participó en el encuentro, precisó que la decisión final sobre qué unidad vendrá a Cáceres depende del Ministerio de Defensa, aunque destacó que Defensa había confirmado ayer el contenido del protocolo firmado hace un año y cuyo fin principal es la ampliación de la base militar de Santa Ana, añadiendo que con esto se está ratificando la continuidad de la presencia militar en la ciudad.

El protocolo contempla varios objetivos y afecta a distintos bienes del Ministerio de Defensa en Cáceres. Dos de estos bienes son el Infanta Isabel, actual sede de la subdelegación de Defensa, y el palacio de las Cigüeñas, sede de la comandancia militar de Cáceres. Uno de los fines del encuentro de ayer, además de poner en marcha el protocolo, era que en una primera fase de desarrollo de este acuerdo se tramitase la cesión del edificio del Infanta Isabel al ayuntamiento.

Se trataría de un desarrollo del protocolo por partes. Afrontando primero la menos compleja: que los servicios que el Ministerio Defensa presta ahora en el cuartel Infanta Isabel se trasladen al palacio de las Cigüeñas y que el inmueble del Infanta Isabel se ceda, a través de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento para la Defensa, al ayuntamiento. La parte más compleja es la ampliación de la base y el traslado o la instalación de una nueva unidad o regimiento.

Para proceder a la ampliación de la base en 280 hectáreas, el protocolo facilita el cambio de uso de terrenos que son propiedad de Defensa para que tengan un aprovechamiento, con ello se garantizan recursos con los que financiar el coste de la expropiación del terreno y los gastos para instalar la nueva unidad.

El protocolo tiene tres actores: el principal es el ministerio, que tiene la última palabra, el secundario, que es el ayuntamiento y que es el más interesado en que la ciudad no pierda servicios ni empleo, y el actor de reparto, la Junta, que con su presencia garantiza los cambios a realizar en el ordenamiento urbanístico que garanticen la presencia militar y el empleo que conlleva y respalda a la administración local en la negociación con Defensa.

Al encuentro de ayer asistió por parte de Defensa el subdirector de Patrimonio, el general José Manuel Gordillo, mientras que como representante de la Junta estuvo el director general de Urbanismo. De la Calle participó por el ayuntamiento, y además asistieron dos técnicos.