El episodio que vivieron ayer Diana Mogollón y Santiago Iniesta es sólo uno más de los acontecidos en España con las scooters motorizadas en los últimos meses. La mecha la encendió Juan Manuel Montilla, El Langui, conocido por su faceta de rapero en el grupo La Excepción y también por la de actor en películas como El truco del manco o en la serie El chiringuito de Pepe , entre otras. Sucedió el pasado 18 de febrero en Madrid, cuando le denegaron el acceso a un autobús urbano. Entonces, la razón esgrimida por la Consejería de Transporte de la comunidad madrileña fue que el peso de la silla mecanizada provocaba su inestabilidad, lo que podría poner en peligro tanto su integridad como la del resto de pasajeros.

Las protestas de El Langui cayeron en saco roto, por lo que el rapero repitió la acción tan solo un día después. Y, como no le propusieron una solución satisfactoria al problema, lo volvió hacer a los tres días. Lo recogía el diario El País, que también reflejó las palabras al respecto de Angel Garrido, consejero de presidencia, quien reconocía que existía "un vacío legal" respecto al uso de este tipo de vehículos en transportes públicos. La reivindicación del rapero caló entre la ciudadanía madrileña. Una veintena de vecinos lo acompañaron en la última de estas acciones y se sumaron a la petición de encontrar una solución al conflicto.

"Los animales pueden subir y viajar en autobús y las personas en silla de ruedas, no .Seguiré parando autobuses hasta que todas las flotas interurbanas sean accesibles", llegó a tuitear el actor, quien reivindicó un trasporte urbano para todos. "Yo puedo coger un taxi, pero hay personas con discapacidad que no", manifestó. Y tanta persistencia dio sus frutos. La reunión con Pedro Rollán, consejero regional de Transportes, se produjo sólo seis días después. Y sus consecuencias resultaron fulminantes: anunciaron una nueva regulación que permitiría la entrada a todo tipo de sillas en la red al completo de transporte público madrileño.

"Llevo utilizando estas sillas desde hace unos ocho años y nunca, hasta ahora, había tenido estos problemas", dijo satisfecho el artista, que en tan solo nueve días había logrado una decisión favorable para el colectivo de discapacitados de la región madrileña. Y es que la situación se ha repetido en numerosas ciudades de la geografía española. En Sevilla, por ejemplo, se ha logrado llegar a un acuerdo beneficioso para los usuarios de scooters motorizadas, según confirmó ayer a este periódico César Mateos, jefe de Servicios de Subús Vectalia (empresa que lleva el transporte urbano en la ciudad). "Aunque, de momento, sólo 17 personas han solicitado el permiso", matizó.