El ladrón o ladrones que han actuado en la cafetería Manómetro y el bar La Latina durante la última semana aprovecharon su complexión física para poder entrar en los locales tras forzar rejas y romper cristales. "Tiene que ser delgado por el hueco por el que ha entrado", detallaba ayer José Moreno, dueño de La Latina en la plaza Marrón. Además, en este robo se da la circunstancia de que los cacos utilizaron cartones para disimular los daños en la fachada con el fin de no ser descubiertos. A pesar de estar rodeados de viviendas y en zonas de paso, nadie observó nada extraño en ambos establecimientos hasta que los destrozos fueron visibles tras la madrugada. En La Latina, según apuntó su propietario, tampoco saltó la alarma ya que manipularon unos cables del suministro eléctrico para impedirlo.