Los delitos cibernéticos, la protección de los menores y la lucha contra la delicuencia organizada centrarán el interés del nuevo comisario de la Policía Nacional en Cáceres. Julio Ros, que tomó posesión ayer de su cargo, redoblará esfuerzos para atajar el tráfico de drogas, los hurtos, robos con violencia y delitos de odio y radicalización. También hizo hincapié en su apuesta por la modernización del cuerpo que debe estar adaptado a la coyuntura social y apuntó la importancia de la «formación permanente» de los agentes policiales. Para su nueva tarea, reclamó la colaboración de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y destacó el «papel» de la ciudadanía. Aplaudió que Cáceres sea una ciudad con una criminalidad baja y afirmó que trabajará para que la ciudad siga ocupando las primeras filas en la lista de «ciudades más seguras».

«Espero sentirme un cacereño más», manifestó Ros tras jurar su cargo en un acto que tuvo lugar en la comisaría provincial y fue presidido por el director general de la policía, Germán López Iglesias, y la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, y contó con la presencia de la alcaldesa, Elena Nevado, el vicepresidente de la Asamblea, José Andrés Mendo Vidal, el vicepresidente segundo, Fernando Manzano, y el jefe superior de la Policía Nacional en Extremadura, José Antonio Togores.

El acto transcurrió sin incidencias, no obstante, un grupo de policías nacionales se concentró frente a la puerta de la comisaría para reclamar la equiparación salarial. En una concentración convocada por el colectivo Jusapol, protestaron durante el tiempo que se prolongó la toma de posesión. Mostraron con una pancarta su «malestar» por la situación y pidieron soluciones. Durante su intervención, Germán López Iglesias, avanzó al respecto que el gobierno central «cumplirá» con el compromiso de equiparar el sueldo de la Policía Nacional y la Guardia Civil con las policías autonómicas pero pidió «tiempo para la negociación».

En ese sentido, el nuevo comisario manifestó que los sindicatos tendrán las «puertas abiertas» de su despacho para conseguir mejoras laborales y «un buen ambiente de trabajo». «Si se trabaja a gusto se consiguen mejores resultados», concluyó.

CUATRO JEFES EN UN AÑO / Con el nombramiento de Ros, la cúpula policial en Extremadura concluye su periodo de renovación. Cabe recordar que en menos de un año, la policía ha sufrido cambios en sus principales responsables. En la comisaría local de Plasencia, Lisardo José Gutiérrez se incorporó como comisario en mayo del año pasado, en Mérida, Aurelio Fernández llegó en enero, y hace unas semanas José Antonio Togores tomó el relevo como jefe superior de la policía nacional en Extremadura.

Julio Ros Almirón (1961, Cazorla) es diplomado en Derecho y licenciado en Ciencias policiales. Tiene un máster en dirección estratégica de seguridad pública y numerosos cursos del área de policía judicial y de seguridad ciudadana. Inició su andadura en la policía en 1982 y fue destinado a Getxo. Dos años después cambió de destino y permaneció en Mataró hasta 1994, año en el que fue destinado a Elche. En 1996 trabajó en la Jefatura Superior de Cataluña y en 2014, hizo lo propio en la de Andalucía oriental durante un año. El último cargo que ha ocupado antes de llegar a Cáceres es como jefe de la comisaría local de Torremolinos-Benalmádena. Acumula en su currículum condecoraciones como dos cruces al mérito policial con distintivo blanco, una cruz al mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco, una placa a la dedicación al servicio policial durante 35 años de servicio y más de 70 felicitaciones públicas.