Iba vestido con calzado deportivo y no le dejaron entrar. Miguel Ángel Portillo Cambero trató de acceder el sábado pasado por la noche a un local de la Madrila, concretamente al pub Ivanhoe 3.0, pero los porteros le negaron la entrada por ir con calzado deportivo, aseguró ayer a este diario Portillo, que ha interpuesto tres quejas en las dependencias de la policía local, Policía Nacional y en Inspección de Consumo, dependiente de la Consejería de Economía de la Junta de Extremadura. «Sufrí un trato denigrante, discriminación y menosprecio. Incluso fui a mi casa y me cambié de calzado para poder entrar y ni así me dejaron», relató Portillo, que finalmente sí pudo acceder a local pero reclama que la profesión de portero se regule. «Deberían tener una formación y una titulación», reivindica, al mismo tiempo que defiende que a la entrada del local no se indicaba ningún tipo de requisito para acceder. Este diario contactó ayer con el propietario de la sala Ivanhoe 3.0, que declinó hacer declaraciones.

Según siempre el testimonio de Portillo, la primera vez --vestido con calzado deportivo-- se le negó la entrada aludiendo precisamente a que las zapatillas que llevaba no eran adecuadas. Entonces, Portillo regresó a su domicilio, se cambió de calzado y volvió al local pero tampoco le dejaron entrar. «Esta vez sin razón alguna», añadió. No obstante, a los pocos minutos uno de los porteros se acercó hasta él y le comunicó que finalmente sí que podía acceder, que todo había sido un malentendido. Portillo entró en el pub y asegura que vio a muchos clientes con calzado deportivo, por lo que su enfado aumentó. En ese momento, solicitó la hoja de reclamaciones del local, tras lo que fue invitado a marcharse del mismo y a esperar dicha hoja en la puerta. Después de recibirla, Portillo asegura que le comunicaron que no lo querían volver a ver por allí.

En su argumento, Portillo se ampara en que el local no tenía indicado en ningún sitio, a la vista del público, los requisitos que le pidieron para la entrada, por lo que alude a una cuestión de discriminación el hecho de que no se le permitiera entrar en zapatillas deportivas cuando tiene pruebas de que en el interior del pub otros clientes llevaban un calzado similar. En ese sentido, Portillo se ampara en que se ha incumplido el artículo 59 del Real Decreto 2816/1982, de 27 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, el cual establece que el público «no podrá entrar en el recinto o local sin cumplir los requisitos a los que la empresa tuviese condicionado el derecho de admisión, a través de su publicidad o mediante carteles, bien visibles, colocados en los lugares de acceso, haciendo constar claramente tales requisitos», recoge el texto.