Una mujer, no es menor de edad y ya habría cumplido los 18 años, denunció la noche del pasado sábado haber sido víctima de «presuntos tocamientos e intento de abuso sexual» en las inmediaciones del centro comercial Carrefour, según confirmó ayer a este periódico el Cuerpo Nacional de Policía, que en estos momentos se encuentra investigando los hechos. Las mismas fuentes consultadas indicaron que no se trata de «violación» y que el presunto autor material de los hechos «todavía no ha sido detenido». La policía no quiso, oficialmente, dar más datos sobre lo ocurrido.

Ayer, otras fuentes ajenas al caso afirmaron que podría haber incluso una grabación del momento en el que el presunto autor estaría comiendo una hamburguesa después de haberse producido la agresión. Preguntado al Cuerpo Nacional de Policía sobre este extremo, no pudo confirmar la veracidad del mismo.

Lo que sí parece evidente es que la preocupación existe entre los padres que viven en urbanizaciones cercanas al lugar donde habrían ocurrido los hechos. Al parque de Los Castellanos acuden numerosos jóvenes los fines de semana, sucede lo mismo con las instalaciones del antiguo matadero, situadas junto a Carrefour, una parcela que fue en su día del ayuntamiento y de la diputación y que las instituciones acabaron vendiendo a particulares; este lugar es hoy un sitio abandonado e inhóspito y desde hace meses temido por muchos padres que han descubierto cómo sus hijos adolescentes acuden a él, especialmente los viernes y sábados por la tarde con la intención, en muchas ocasiones, de hacerse fotografías. ¿Pero es realmente un lugar seguro? Esa es la pregunta que se han hecho los padres que han acudido a este periódico para denunciar la situación y pedir al ayuntamiento que inste a la propiedad a que adopte las medidas necesarias de vallado para impedir el acceso.

Respecto al caso del pasado sábado, lo cierto es que las denuncias por abusos sexuales se han duplicado en 10 años. El Código Penal distingue entre dos tipos de delitos sexuales: las agresiones y los abusos. Si el agresor actúa con violencia o intimidación contra la víctima debe ser procesado por una agresión sexual. Se castiga con penas de cárcel que oscilan entre los 5 y los 10 años.

Si el agresor actúa sin violencia o intimidación pero no goza del consentimiento de la víctima, debe hablarse de abuso sexual. Se castiga con penas de prisión de entre 1 y 3 años.