«Pasear es un peligro». En estos términos resumen los vecinos de Montesol su experiencia en el área canina de la zona. Los residentes y usuarios del parque para perros que se inauguró en 2018 tras la insistencia vecinal se ha convertido en estos dos años en un arma de doble filo. Desde que se abrió los dueños de los canes han reiterado sus quejas por la falta de mantenimiento de la zona y consiguieron que el ayuntamiento limpiara las papeleras cada semana pero ahora vuelven a poner el foco sobre el estado de abandono de la zona después de que varios animales hayan sufrido daños por los restos y residuos peligrosos que acumula debido a la ausencia de limpieza.

Una de las vecinas afectadas, Eva María Criado, lamenta que su perro, ha sufrido recientemente lesiones de las que aún se recupera debido a que se clavó un objeto punzante. «Mi perro se rajó una pata, lo más probable es que fuera un cristal roto, hemos encontrado muchos en el parque», expone. En este sentido, critica que su caso no es el único y que los incidentes en esta se repiten cada día. «Los perros se hacen heridas cada dos por tres, hay algunos incluso que han necesitado puntos, curas y antibióticos», pone de manifiesto. En esa misma línea, pone de relieve que esa zona, aunque esté destinada para usarse como área canina, también es frecuentada habitualmente por jóvenes y niños y alerta del «riesgo» que supone que puedan sufrir lesiones y heridas por los restos o los cristales que se acumulan o por los desniveles del terreno. «Nos da miedo que algún día pueda ocurrir una desgracia», asegura.

Así, piden al ayuntamiento que actúe de forma prioritaria en el parque y que la intervención municipal en la zona no solo se limite a retirar la basura que acumulan las papeleras una vez por semana. Reclaman que se acondicione, por una parte el terreno para que sea uniforme y no suponga un peligro y por otra, que se supervise periódicamente para retirar los restos cortantes y peligrosos y promover el civismo para mantener limpia la zona.