Los trabajadores de la prisión cacereña denuncian un aumento de las agresiones al personal en el último año. Bajo la consigna de ‘prisiones sin agresiones’, medio centenar de empleados se concentraron ayer a media mañana frente a las instalaciones de Cáceres II para mostrar su malestar por la tendencia ascendente de los ataques. La protesta fue convocada de forma conjunta por ACAIP USO, CCOO y UGT en la capital cacereña y en Badajoz.

Según puso de manifiesto a este diario Dionisio Iglesias, delegado sindical de ACAIP-USO, el motivo de la manifestación es «mostrar el enfado por un problema creciente». En la prisión cacereña, en lo que va de año se han producido cinco agresiones a personal de la prisión e «incontables denuncias por insultos, vejaciones y amenazas». El último caso se produjo a mediados de julio cuando un interno empujó a una funcionaria durante un traslado. La profesional necesitó atención médica y fue trasladada a la clínica San Francisco, donde le dieron siete puntos de sutura. Un mes antes, según CSIF, el mismo interno había protagonizado un incidente contra otros presos y funcionarios. En Badajoz ya se han registrado nueve agresiones en 2018, frente a las ocho del año pasado.

Iglesias lamenta que en 2017 se ha producido un incremento del 60% de las agresiones graves. En 2015 y 2016 se produjeron 934 agresiones en instituciones penitenciarias y este año, «se denuncia un ataque cada día».

El delegado sindical achacó la situación en primer lugar al número de internos que existen con patologías psiquiátricas. En el caso de Cáceres destacó que hay alrededor de una decena que muestra una conducta antisocial y violenta hacia los trabajadores. En ese sentido, plantea que se desarrolle un protocolo de seguridad en base a la Ley de Prevención y Riesgos Laborales para reubicar a los internos que muestren una conducta agresiva o una patología psiquiátrica.

Por otro lado, Iglesias hace mención a la falta de personal, una problemática que denuncian los sindicatos de prisiones desde hace meses. En la prisión cacereña trabajan 200 funcionarios y 28 empleados. El delegado sindical lamenta que en la prisión cacereña hay 60 puestos sin cubrir y culpa a la falta de oferta de empleo público. En un encuentro que mantuvieron sindicatos con el secretario general de instituciones penitenciarias en su visita hace unos días a la cárcel cacereña, volvieron a insistir sobre esta cuestión e hicieron hincapié en que el último mes se han jubilado otros dos trabajadores. En las últimas concentraciones al respecto los sindicatos ya denunciaron que la edad media de los trabajadores supera los 50 años.