Las lluvias están tumbando construcciones que llevaban siglos en pie. Así ha ocurrido con la muralla de Toledo, Patrimonio de la Humanidad al igual que la cacereña, donde un tramo de cinco metros se derrumbó el pasado sábado y obligó al ayuntamiento a cerrar la zona, donde además se ubican los remontes mecánicos al casco antiguo. De ahí el temor por la edificación cacereña, también emblema de la ciudad.