--A punto de cumplir los 24 años, ¿nota que su sensibilidad ha ido cambiando? ¿Ha madurado en este tiempo?

--Mi forma de vida ha cambiado, pero mis necesidades y caprichos nunca han costado dinero, nunca han sido excentricidades. Disfruto mucho en familia, en mi Málaga, tranquilo. Espero que todo esto me haya cambiado para mejor, en el sentido de valorar cosas que a lo mejor antes no valoraba. Quizá, buscar el placer en cosas más efímeras, más pequeñas. Parece una tontería, pero es así. Por ejemplo, hace tanto tiempo que no voy a Málaga... Cuando voy a casa, disfruto de estar tirado en el salón con mis perros y mis sobrinos, pues lo vivo mucho más.

--¿Cómo llevan el estrellato en casa?

--No se lo toman como un estrellato. Esto, al fin y al cabo, es una carrera de fondo, que puede acabar mañana y entonces lo que hacer es disfrutar también y dejarse llevar. Habría que preguntarles a ellos y, como no se van a meter en nada porque a la familia hay que protegerla, creo que sería difícil al principio por el hecho de entender que esto es una profesión y, cuando lo entiendes, el resto da igual porque es un trabajo como cualquier otro.

--Por cierto, ¿cuál ha sido el último concierto al que ha ido como espectador?

--Groupie, groupie, no he sido mucho porque los artistas a los que he seguido no daban pie. Sí soy muy fan de Paco de Lucía, por ejemplo, más de teatro, de sentarse y admirarle. Mi forma de ser fan es muy personal, de escuchar en casa y de inundarme con la música. No he sido de ningún movimiento loco. El último concierto fue de Carminho, la cantante portuguesa. Siempre cantamos juntos y ese día dije 'hoy vengo a verte'. Admiro también a Tomatito, Vicente Amigo, Pat Metheny o John Barry y, de cantautores, desde Jorge Drexler a Andrés Suárez.

--¿Tiene algún proyecto nuevo en la cabeza o es momento de pensar solo en la gira?

--Hay muchos proyectos para el año que viene, pero el fundamental es desaparecer. Cuando acabe esta gira haré alguna sorpresa que me apetece como detalle, pero sin la locura ni la vorágine de la promoción. También es necesario para todos que desaparezca un tiempo, primero porque quiero componer. Tengo cosas guardadas, pero quiero darle una vuelta para un próximo disco, pero tardaré un poco.

--Quiere parar...

--Sí, sobre todo para hacer balance. Volver a casa. Las vacaciones no son una semana, ni dos ni un mes. Realmente lo que hace falta es parar y saber que puedes apagar el teléfono, ni tienes mensajes que contestar. Y volver a la normalidad, que creo que lo más es sano que puedo hacer.

--Y mirar al mar...

--Exactamente. Me gusta Pedregalejo, en Málaga, por la rehabilitación que están haciendo.

--Al final, demuestra que el camino se hace andando...

--Totalmente, totalmente.