Las cámaras para el control del acceso de vehículos al centro histórico se activaron ayer, lo mismo que las sanciones que se pueden imponer a los conductores que no dispongan de permiso para transitar por las calles donde se efectúa esta restricción, con una multa que es de 200 euros. Fue un estreno con descontrol en la aplicación del horario permitido para la carga y descarga. La orden que tenían los agentes era que la hora límite para hacer esta tarea es las 11.00. Y así informaban a los conductores de las empresas de suministro y reparto en los dos accesos donde hubo policías (en Santa Clara y en el cruce de plaza de la Concepción con Barrio Nuevo). Hubo quejas y al final se ordenó que todos los vehículos de reparto entrasen, accediendo también los de suministro a los establecimientos.

La ordenanza establece que el horario de la carga y descarga es de lunes a jueves de 7.30 horas a 11.00. En plaza Mayor está más limitado (miércoles y jueves desde las 7.00 a las 9.30). Pero hay otros servicios, los de reparto de paquetería y de otros productos que no son de suministro de establecimientos o que son perecederos, a cuyos conductores también se les informaba, en base a la orden que habían recibido los agentes y a lo que se fija en la ordenanza, que la carga y descarga acababa a las 11.00 y que si pasaban después de esa hora se exponían a una sanción dado que las cámaras estaban activadas. Desde el ayuntamiento se insistió ayer en que las labores propias de la carga y descarga (por ejemplo suministro de cerveza a establecimientos de hostelería) se mantienen como fija la ordenanza, mientras que las de reparto (por ejemplo paquetería, flores, comida preparada...) pueden acceder a cualquier hora siempre que cuenten antes con la autorización necesaria.

Pero en los puntos de acceso hubo quejas de las empresas de suministros, no solo por la hora, dado que hay negocios que abren después de las 11.00, sino también porque no entienden que se limite hasta el jueves y no se pueda repartir también el viernes. Otras protestan partían de los suministradores de productos perecederos, como pescado, o repartidores de pan a negocios de la zona.

QUEJA EN MARGALLO Otra queja de ayer era la de los vecinos de la calle Margallo y vías adyacentes, que hasta ahora han llegado a sus casas por Barrio Nuevo, plaza de la Concepción y Santo Domingo. Desde ayer no pueden pasar por estas vías, dado que veinte metros antes del cruce para girar por la plaza de Santo Domingo está la cámara de control de acceso. La alternativa que les daban era que accediesen por San Blas. Por parte del gobierno local se precisó ayer que no hubo alegaciones sobre este asunto cuando la ordenanza se expuso y que "se va a mirar qué ha ocurrido", sin que esto suponga que la cámara vaya a trasladarse hasta el cruce de la plaza de la Concepción con general Ezponda.

Ayer también hubo muchos conductores o que desconocían que las cámaras se habían activado o que se esté aplicando este nuevo sistema de control. En el gabinete de tráfico de la policía había ayer a las diez de la mañana una cola de vecinos y empresarios con la documentación necesaria para obtener la autorización. Solo entre el lunes y primera hora de ayer se habían recibido unas 70 peticiones, que se sumarán en el caso de concederse al millar de vehículos autorizados.

Todos los conductores que accedan sin autorización cuentan con 48 horas para justificar el motivo en la policía, razón por la que las sanciones no empezarán a tramitarse hasta el sexto día desde que se cometa la infracción. En la jefatura está el servidor que muestra las imágenes de cada vehículo (hay dos cámaras, una de contexto y otra para la matrícula) y que coteja el número de la matrícula con la base de datos en la que están todas las autorizadas. La de los no autorizados se revisan por el técnico que está en el servicio y después por un agente de policía.