Aunque fuese lunes y cayesen más de 30 grados en el ferial. San Fernando dijo adiós hasta el año viene en un día inusual y con sudores de verano. Cualquiera hubiera hecho negocio ayer con una piscina sobre el asfalto del recinto. Lo atípico de la jornada y los días de fiesta acumulados no restaron alegría a los amantes de la juerga, concentrados a media tarde en las casetas más clásicas, con el PP, Museo, Sol o El Redoble al frente. En otras, como Salón de Baile o la municipal, apuraban las últimas horas tras seis días de fiesta.

Las previsiones de que la jornada iba a ser la más floja se cumplieron con creces. Y es que, a la intensidad del jueves y el viernes de feria, se unió el derroche del sábado y el domingo, acabando con las fuerzas del más marchoso. Así, con este panorama y al fresquito del aire acondicionado, más de uno se dedicó ayer a divertirse disfrutando de lo poco que el ferial les ofreció. Casetas cerradas cuando más apretaba el calor y líquido, mucho líquido porque la tarde lo requería. Hasta el exalcalde José María Saponi se dejó ver junto al concejal popular Domingo Nevado y sus esposas. Sumaba su tercer día de feria.

En la zona de los cacharritos, el sol tampoco daba tregua. Faltaba que cayese la tarde para comprobar si los niños respondían por última vez hasta el 2011 o los bolsillos de los padres ya no daban para más. Y es que, esta vez, San Fernando se despidió sudando la gota gorda. El año que viene, más.