Despedimos uno de los meses de julio más pródigos en noticias que se recuerdan y que comenzó con un policía honrado que patrulló la ciudad en busca de un ladrón asustado que apretó el gatillo y que hoy sigue en la celda en espera de su veredicto. Un mes en el que el Gobierno ha anunciado que tenemos embalse y el ayuntamiento deja casi visto para sentencia un plan de urbanismo que preservará del pico y la pala a 140 edificios y sacará de la ciudad las viejas vías de la estación.

Una estación que, por cierto, sobresaltó a España con la fuga tóxica de un mercancías que venía de Portugal. Pero del extranjero no sólo vino un tren con diclorometano, también aterrizó un festival folclórico que ha vuelto a convertir a Cáceres en cuna de la música y la solidaridad.

Y julio, que no dio tregua al fuego ni a los accidentes, deja el ejemplo de Ana frente al cáncer o el de Diego contra la droga. Y a Jesús, que cierra El Extremeño, y a La Salmantina, que ha dicho adiós, y a Sonia, que se nos va a Camerún... y a Francis Acedo, que desgraciadamente se marcha del ayuntamiento. Y todo ello nos hace reflexionar sobre la necesidad de abrir ventanas y hacer maletas, para volver mañana, cargados de noticias que, como en julio, no nos dejarán indiferentes.