Siempre digo que el agua limpia no se puede mezclar con el agua sucia, porque entonces sale turbia. Así, digo que Aldea Moret no se puede mezclar con los intereses políticos, ni mucho menos con aquello que quieren y piden de nosotros: el voto. Cuando hablamos de la necesidad del despertar de Aldea Moret, hablamos del despertar del hombre con todas las culturas que le rodean, con todas las formas de pensar en una sana y digna convivencia que permitan hacer de este barrio una población digna de ejemplo.

Aldea Moret se ha despertado porque, cansada de que le engañen, por fin pega el puñetazo en la mesa y dice: "con mi voto no me engañan más". No por ello estoy pidiendo el voto para otro color político u otra forma de pensar, lo que pido es el despertar de cada uno de los hombres y mujeres de Aldea Moret para hacer de nuestra población un espacio de mestizaje universal que permita el progreso y la evolución a través de la tolerancia y, sobre todo, la renovación de nuestra sociedad, aunque para ello tengamos que darle la espalda al día de las elecciones municipales.

Aldea Moret pide que la dejen vivir en paz, y si se olvidan de ella los cuatro años de legislatura municipal, que también lo hagan en el día de "sus elecciones". Creo que no necesita mendigar más los favores políticos o la justicia social que permita a sus ciudadanos ser como los de cualquier otra barriada de Cáceres.