Eran las 00.30 horas cuando un gran estruendo despertó a los alumnos de la residencia Diego Muñoz Torrero. Se había desprendido parte de un falso techo de la planta baja, en la que se encuentran las habitaciones de los residentes. Afortunadamente a esas horas el pasillo estaba vacío, por lo que la escayola del techo cayó en el suelo sin causar daños personales.

Según explican trabajadores de la residencia, quien dio aviso de lo sucedido fue el guarda de seguridad, cuyo susto fue mayúsculo al comprobar lo que había ocurrido. Se desplomaron cerca de tres metros del falso techo, sobre el que se encuentra otro pasillo con más habitaciones de alumnos.

Al parecer el tejado se encontraba algo abombado desde hacía unos meses, aunque nada hacía presagiar lo que sucedió. En el mismo pasillo había otra parte del techo con los mismos síntomas, por lo que ayer los técnicos decidieron tirarlo para evitar que tuviera el mismo final.

La zona desprendida corresponde a parte del edificio relativamente nueva, fue reconstruida en el año 1994, por lo que se descarta también que pueda deberse a la antigüedad de las instalaciones universitarias.

SIN PELIGRO Tras examinar técnicos de la Junta de Extremadura, propietaria de la residencia universitaria (situada en la ronda de San Francisco) junto al arquitecto del inmueble, el gobierno regional aseguró ayer que tras el desprendimiento no existe peligro de seguridad en el edificio, de hecho no ha sido necesario siquiera apuntalar la zona derrumbada. Y asegura que el arreglo se ejecutará con fondos propios y con carácter urgente.

Según el informe emitido por los técnicos y confirma la Junta de Extremadura, para su rehabilitación "se optará por desmontar el falso techo continuo del pasillo y colocar un falso techo registrable, que pueda además dar mas fácil acceso a las instalaciones que discurren por dicho falso techo".