La apertura del nuevo Centro de Inserción Social para reclusos dejará libre el edificio de la cárcel vieja, situada en el barrio de Pinilla y cuyo destino y futuro uso está ahora pendiente de negociaciones entre el Ministerio del Interior y el ayuntamiento.

Así lo indicó ayer la alcaldesa, Carmen Heras, que según explicó el Plan General Municipal (PGM) contempla la rehabilitación de este inmueble para usos culturales y sociales, pero el Ministerio del Interior ha presentado una alegación en el sentido de que se mantenga el acuerdo suscrito en su día por el que se contempla el derribo del edificio y la construcción de viviendas en el solar.

El Gobierno local, tanto el anterior del PP como el actual, siempre ha apostado por rehabilitar el edificio de la antigua cárcel y darle nuevos usos, pero ante la alegación del Ministerio "el asunto habrá ahora que volver a ponerlo sobre la mesa y estudiarlo de nuevo", insistió la alcaldesa.