Un vecino de la calle Ronda del Matadero telefoneó a la policía local, pasada la media noche del lunes, para confesar que había matado a su esposa en el domicilio conyugal, un crimen que realmente no se había producido.

Un grupo de agentes se trasladó de inmediato al lugar, encontrando al supuesto agresor en el portal del inmueble. El hombre se encontraba totalmente ebrio y era incapaz de mantener una conversación coherente. Las autoridades le preguntaron por el paradero de su esposa, confesando este que se encontraba en unos jardines cercanos. Los policías rastrearon la zona localizando a la mujer, viva y sin signos de violencia, en las inmediaciones de la casa, momento en que el individuo se puso muy agresivo y agredió a uno de los agentes. Fue detenido y trasladado a la comisaría de policía.

Posteriormente, la mujer explicó que los hechos se desencadenaron cuando ella abandonó el domicilio conyugal, al encontrar a su esposo en estado de embriaguez. Decidió marcharse ya que el individuo se pone muy agresivo en este estado.