Con el horizonte del 2016 todos estamos invitados el día 4 de febrero a realzar la popular romería de San Blas, sin duda la más importante romería de la ciudad, y que tenemos que potenciar como signo de tradición, de fiesta y de unión entre todos los cacereños. Serafín Martín Nieto recoge los orígenes de esta tradicional romería: "Lo más peculiar de la cofradía de San Blas el Mozo (había otra de San Blas el Viejo en San Juan) era la organización de la celebración de la festividad del santo que, ya a finales del siglo XVI, congregaba a tal número de romeros que, en 1954, se solicitó licencia para decir misa fuera de la ermita. El cura de Santiago se encarga de las celebraciones y la ermita se vestía con sus mejores galas.

La tradición era bajar la víspera de la fiesta del santo la reliquia del mismo que se encontraba en la iglesia de San Juan y la devolvía al día siguiente después de acabada la fiesta. En un principio, consistía tan sólo en el traslado de la reliquia por parte del capellán. A partir de 1613, se le dio mayor realce con el acompañamiento musical de cuatro ministrales y la asistencia del sacristán de San Juan que llevaba la cruz. Desde 1613 se hacía traer desde dicha parroquia un órgano portátil. Poco a poco se fueron añadiendo un mayor número de presbíteros en el traslado de la reliquia que se obligaban a asistir a la misma revestidos de sobrepelliz y cantando durante todo el recorrido.

Aunque años más tarde la cofradía de San Blas el Mozo consiguiera su propia reliquia (la que hoy se venera en la ermita), la fiesta siguió cada vez con más fuerza. No es descabellado pensar que esta costumbre sea el origen de la romería de San Blas, la víspera de la fiesta del santo (la tarde del 2 de febrero).

La primera referencia que hemos hallado sobre la existencia de las tradicionales roscas de pan y anís es de 1633: "Benito Michel, escribano de esta villa, dio limosna al santo de una fanega de trigo, la cual se amasó y se hizo roscas para el día del santo, por las cuales los devotos dan limosnas". En 1675, descontado el precio del trigo, se juntaron 569 reales de limosna. A comienzos del XVIII se advierte también una mayor abundancia de ofrendas en la mesa".

Con el traslado de la romería de la tarde del 2 a un sábado cercano a la fiesta, se ha perdido la referencia del día concreto, y muchos se desconciertan a la hora de saber el día que toca cada año. Tanto la parroquia, como la Asociación de Vecinos de San Blas, tienen la intención de elaborar un dossier para solicitar al Ayuntamiento de Cáceres la declaración de la fiesta cada año, así como todo su apoyo para la recuperación de esta tradición tan arraigada en nuestra ciudad.

Por lo pronto, este año hemos intentado hacer más publicidad de la festividad, por eso la tarde del día 4, hacemos un llamamiento para que todos vayan a San Blas. Además, este año, la parroquia presenta el retablo y el frontal del altar recientemente restaurados.