La situación que se vivió hace poco más de un año no se había dado nunca. El Guadiloba abrió todas sus compuertas, seis, por primera vez. Hasta 1997 sólo contaba con tres compuertas centrales y entonces se construyeron tres más laterales después de la crecida que hubo ese año, porque ya en 1997 el agua saltó por encima de la presa. La capacidad de desembalse del Guadiloba con las seis compuertas abiertas es de 360.000 litros por segundo.

El volumen de agua desembalsada fue enorme: doce mil millones de litros desde las 2 de la mañana hasta que terminó el domingo. Para tener una idea comparativa, el último desembalse antes de éste había sido el 31 de enero del 2004 y sólo hizo falta abrir una compuerta.

El sábado 4 de noviembre, horas antes de que fuese necesario abrir las seis compuertas, el Guadiloba ya estaba al 83% de su capacidad. Ese sábado, el nivel del pantano subió más de un 15%. El día anterior, el aumento también había sido por encima del 10%, lo que da una idea del rápido aumento de nivel en poco tiempo.

Sistema de avisos

Una de las quejas de algunos de los hortelanos a raíz de lo sucedido es que no se les avisara con tiempo suficiente del desembalse. El Canal de Isabel II explicó que dos horas antes de desembalsar se avisó a la policía local y a Protección Civil y que efectivos de estos cuerpos recorrieron el cauce para asegurarse de que no había nadie en situación de peligro. Una de las demandas de los hortelanos es que se les avise a sus casas en la ciudad, ya que no viven en las huertas, para que puedan poner a salvo a los animales. De hecho, la situación de peligro que vivió Antonio Leal se debió a que entró en su finca para poder sacar a sus animales.

El Guadiloba se construyó en 1971 y desde entonces ha habido voces que han reclamado un embalse más grande para el abastecimiento de Cáceres. Así se evitaría desperdiciar tanta agua cuando hay que desembalsar porque el pantano ya ha alcanzado su capacidad máxima. Eso también evitaría situaciones como la que se vivió el año pasado.